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Plus
ça change, plus ça devient le même. Proverbio
francés En su campaña, Donald Trump denunció la
inmigración libre de musulmanes y la presunta renuencia de Barack Obama y
Hillary Clinton para enfrentarse al Estado Islámico (ISIS), a Irán y al
terrorismo yihadista más ampliamente. Ya viene mano dura, dicen emocionados
los patriotas israelíes, contra el yihadismo en el Medio Oriente —y allende—.
Osan imaginar la gran voltereta estadounidense: un Donald Trump proisraelí. Mis alumnos y lectores me han
preguntado que qué pienso. ¿Será que sí? ¿Cambiarán las cosas? Los
investigadores de DEBKAfile así lo afirman: “No se puede discernir mucho sobre las
políticas futuras del gobierno del presidente electo Donald Trump en el Medio
Oriente … excepto que sus puntos de partida sin duda serán diametralmente
opuestos a los de Obama.”[1] Pero cabe la hipótesis de que todo
aquel sturm und drang de Trump
fuera montaje —un show—, pues sin tomar todavía posesión, él canta ya, sobre
varios temas, muy distinto. Según reportaba El Financiero a finales de noviembre de 2016, Trump, con algo de
prisa, debilitaba ya —o descartaba— sus promesas de campaña.[2] Lo
que dijo sobre el muro fronterizo, el calentamiento global, enjuiciar a
Hillary Clinton —eso no era, al parecer, del todo serio—.[3] ¿Y las promesas del Medio Oriente?
Entre otras cosas, Trump prometió “desmantelar” el tratado nuclear de Estados
Unidos con Irán, haciendo eco a las críticas que presentara Benjamín
Netanyahu, Primer Ministro israelí, cuando viajó a Washington para explicar a
los congresistas estadounidenses el peligro que implica para su país y para
el mundo. Ese acuerdo, dijo, permite que Irán se convierta en poder nuclear. Le da la razón el texto del acuerdo,
pues libera enormes sumas para Irán sin imponer un régimen adecuado de
inspecciones y garantías.[4] A los hechos:
como han señalado varios analistas, Irán ya recibió 100 000 millones de
dólares, y cuando viola los compromisos firmados no se hace nada.[5] El
daño, pues, está hecho —y bien hecho—, aun si Trump cumple su promesa de
abolir el acuerdo. Pero ahora que Trump es presidente
electo, Netanyahu de pronto ya “no busca abolir el acuerdo con Irán”, reporta
el Jerusalem Post, “sino que busca
una actitud firme de Trump contra Irán.”[6] Gramática política: si el otro—aquel “machísimo patriota” israelí centrado en la
mira nuclear iraní—puede vivir con el acuerdo, Trump podrá bajar de su
escalón. ¿Cuál será entonces la “actitud firme…
contra Irán”? Se escuchan propuestas pusilánimes: renegociar
algunos puntos, hacer inspecciones más firmes, reimponer sanciones por
agresiones terroristas. Nada de eso importará; será una finta. Para frenar el
creciente poderío de Irán en Asia occidental, y el yihadismo más ampliamente,
Trump tendría que enfrentarlos de veras. ¿Cuál es la probabilidad de eso? No es
el tema de este artículo. Aquí nos interesa lo siguiente: ¿Cómo podremos
evaluar en qué dirección va Trump? Sin duda escucharemos mucha retórica
antiiraní, mucha denuncia del extremismo yihadista, y las homilías de cajón
sobre el presunto apoyo estadounidense a Israel. Se oye cada vez. Pero
valdría la pena preguntarse, ¿cuáles hechos duros y fríos de política
exterior serán consistentes con un verdadero empuje contra el yihadismo y a
favor de Israel? No le exijamos a Trump que derrote el
yihadismo, ni mucho menos. Pidamos tan solo que sus “puntos de partida” sean,
en efecto, “diametralmente opuestos a los de Obama.” En ese caso deberá
implementar, como mínimo, las siguientes políticas: 1) no más
armas para los yihadistas; 2)
apoyo a la Revolución Rojava; y 3) el no a la “Solución
de Dos Estados” y el sí a exponer los lazos entre Irán y OLP/Fatah (la
“Autoridad Palestina”). No más
armas para los yihadistas Durante la campaña presidencial, Trump
acusó a Obama y a su Exsecretaria de Estado, Clinton, por el surgimiento del
Estado Islámico. Sobre esto tenía razón. Se ha documentado ampliamente que el
Estado Islámico emergió de las prisiones militares estadounidenses en Irak,
cuyos custodios, tan complacientes, permitieron a los yihadistas señorear la
vida social de los prisioneros. Ahí, los yihadistas podían reclutar (por la
fuerza, cuando fuera necesario) y enseñar, con pizarrón y todo, los
principios de la yihad, cómo construir una bomba, y cómo vencer el miedo para
hacerse bombardero suicida. El propio general estadounidense a cargo llamó a
su sistema de prisiones “universidad yihadista.” Al concluir 5 años de eso (una
licenciatura), las autoridades estadounidenses desmantelaron el sistema y
¡dejaron ir a todo mundo! Luego vino el Estado Islámico. Todos sus
principales líderes, incluido el “califa” Abu Bakr al Bagdadi, son graduados
de esa “universidad yihadista.” Si eso no fuera demasiado, luego de causar
una guerra civil en Siria, el Estado Islámico recibió armamento y también
personal entrenado por Estados Unidos, pues los “rebeldes” sirios favorecidos
por el gobierno estadounidense se le unieron en masa.
Si la administración de Trump
secara los canales que llevan armamento y entrenamiento a los yihadistas,
sería la señal de un verdadero cambio de política. Si, por el contrario, los
yihadistas continúan recibiendo armamento de EEUU y sus aliados, sabremos que
hay continuidad. Apoyo a
la Revolución Rojava La gran esperanza para revertir la
tendencia yihadista es la Revolución Rojava, un movimiento multiétnico,
liderado por los kurdos del norte de Siria, aliados políticamente con los
asediados kurdos del PKK en Turquía, contra quienes Recep Tayyip Erdogan ha
lanzado una guerra de limpieza étnica. Los rojavanos han tenido logros
impresionantes contra el Estado Islámico a pesar de pelear casi completamente
solos y de sufrir bombardeos turcos.
Estos kurdos y sus aliados
árabes y de otras etnias son casi todos musulmanes. Creen en la participación
popular democrática, la igualdad de género, la libertad religiosa, la
tolerancia étnica y la sustentabilidad ecológica. Protegen e integran al
proceso democrático a todas las minorías étnicas y religiosas del norte de
Siria. Si vencen, serán un faro de esperanza, empoderando a los musulmanes
moderados en todo el mundo para defender la alternativa democrática. Por lo tanto, si Trump movilizara
de forma decisiva los recursos simbólicos y militares de Estados Unidos a
favor de los rojavanos, creando un oasis ideológico y político para los
musulmanes que aman la libertad, y fortaleciendo así a la némesis del Estado
Islámico, tendríamos una política cabalmente consistente con sus desplantes
públicos en contra del yihadismo. Sería un golpe maestro geopolítico no solo
para la paz en el Medio Oriente, sino para la defensa de Occidente. Si, por
el contrario, no se hace un esfuerzo importante por asistir al movimiento
rojavano, habrá entonces que preguntarse en qué sentido se opone al
yihadismo, realmente, el gobierno de Trump. No a la
‘Solución de Dos Estados’; sí a exponer los lazos entre Irán y OLP/Fatah Desde Ruhollah Jomeini hasta hoy, los
ayatolás iraníes prometen exterminar a los israelíes.[9] De
ahí que Trump, si realmente está con Israel y en contra de Irán, no puede
favorecer en Israel una política iraní. Por lo tanto, deberá oponerse a
que OLP/Fatah (hoy mejor conocida
como la “Autoridad Palestina”) reciba un Estado en Judea y Samaria. ¿Por qué?
Porque OLP/Fatah fue quien creó el
Estado teocrático iraní de Ayatolá Ruholla Jomeini. Leyó Usted correctamente. Ya nadie lo sabe. Lo constaté hace 3
años cuando viajé a Israel para hacer un breve recorrido de antropología
política y conocer a los patriotas israelíes —el movimiento de “derecha”, como
lo llaman—. Ni siquiera esta gente, la más preocupada por la seguridad
israelí, se acuerda de algo que estuvo en primera plana, en 1979, en The
New York Times: OLP/Fatah armó y entrenó a las guerrillas de
Jomeini. Luego de la Revolución islámica, OLP/Fatah fungió
por un tiempo, de facto, como el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Jomeini, y ayudó a crear SAVAMA, la policía secreta iraní, y la
Guardia Revolucionaria. Esta última es 1)
protectora del régimen; 2)
exportadora de terrorismo iraní a todo el mundo, y 3) madrina de Hezbolá, milicia terrorista dedicada a la
destrucción de Israel). Todo esto se reportó en los principales
diarios entre 1979 y 1981. ¿Por qué nadie se acuerda? Porque la gente se
relaciona con el mundo a través de los medios, y hace tiempo ya que los
medios dejaron de mencionar esto.
Los curiosos dispuestos a
invertir 5 minutos descubrirán, empero, que abundan en internet las imágenes
de Yasser Arafat celebrando con Jomeini la Revolución islámica en Irán. Él y
Mahmud Abbas—su socio de siempre y colíder de OLP/Fatah—fueron los primeros dignatarios internacionales,
inmediatamente después del golpe, en apearse en Teherán para los festejos.
Las turbas iraníes recibieron
a Yasser Arafat cual mesías y se disputaban el pañuelo de su
cabeza para atesorarlo como reliquia. Mientras Jomeini y su hijo anunciaban
que la prioridad del nuevo Irán sería “Palestina”, Abbas explicaba a los
reporteros árabes en Teherán su “Plan de Fases”. OLP/Fatah prometería
paz para obtener un territorio israelí (primera fase), y después procedería,
con la ayuda de Irán, a destruir Israel (segunda fase). Ahora lo llaman
“Proceso de Paz.” No ha cambiado la cosa. En agosto de
2015, mientras que Obama preparaba el acuerdo nuclear con Irán, la prensa
oficial iraní dio a conocer un dato que The
New York Times no se molestó en comunicar: OLP/Fatah e Irán renovaban sus votos con un “acuerdo de cooperación
total.”[11] ¿Qué
puede hacer Trump? En política democrática solo pueden
hacerse cosas que la población entienda. Y en materia política, como en el
idioma, si algo no es gramatical
entonces no se entiende. Para muchos, escuchar que OLP/Fatah debe ser removido de suelo
israelí sería como escuchar un sacrilegio. Luego de escucharlo dirán: “¡Qué
disparate! ¡Pues si nos dijeron que la salud geopolítica del mundo depende de
concluir el Proceso de Paz con un Estado para la Autoridad Palestina!” En
efecto, nos dijeron todo eso. Luego entonces, para quien entienda al mundo
así, quitar a OLP/Fatah (i.e. la
Autoridad Palestina) de Israel no es una propuesta “gramatical,” es decir, no
es una decisión “políticamente correcta.” ¿Puede volverse gramatical?
Claro, pero solo que la verdadera OLP/Fatah —la verdadera “Autoridad
Palestina”— sea primero bien conocida por todos. ¿Quién podría educar a la
gente? Pues Trump. Si Trump realmente es el enemigo de Irán y
amigo de Israel que histriónicamente se jacta de ser, puede entonces,
encaramado en su nuevo pódium, con el megáfono mundial que ahora empuña, dar
a conocer la relación entre OLP/Fatah e Irán. Puede, enseñando la
evidencia, explicar que OLP/Fatah, aliada con Irán, se propone
convertir a la población árabe palestina—entera—en bomba suicida para
exterminar al pueblo judío israelí. Cuando la gente haya entendido
eso, el prestigio de OLP/Fatah habrá sido
destruido. Entonces Trump podrá proponer que ese instrumento
genocida de Irán, opresor también de los árabes palestinos, OLP/Fatah,
sea removido de Israel. Dicho así, es gramático. Sí computa. Con esto,
podrá encontrarse una verdadera solución al conflicto.
En un abrir y
cerrar de ojos, pues, Trump puede proteger a las poblaciones —musulmana y
judía—del Medio Oriente, iniciar en serio la defensa de Occidente, y voltear
el ajedrez de la política mundial. Ése es—en principio—el poder del presidente
de Estados Unidos. ¿Qué podemos esperar?
Sospechamos que, si bien el discurso será distinto, las políticas de Trump en
el Medio Oriente serán muy parecidas a las de Obama. Justificaremos esta
sospecha en un artículo posterior.
Pies de página y lecturas adicionales [1] “Who’s afraid of Donald Trump in the Middle East?”;
DEBKAfile Exclusive Analysis;
December 19, 2016, 4:50 PM (IDT) NOTA: Muchos lectores de DEBKAfile creen que están leyendo
investigación ‘alternativa’ e ‘independiente.’ En realidad, los dos editores de DEBKA,
Giora Shamis y Diane Shalem, durante 23 años, fueron la voz del Economist sobre Oriente Medio.
No hay nada más establishment y mainstream que el Economist, a menos que hablemos del New York Times. [2] “Trump se
retracta de sus polémicas promesas”; El
Financiero; 23 noviembre 2016; p.38 [3] El gran ‘muro’ de concreto que debía
erguirse en nuestra frontera común, ahora dicen, será una malla ciclónica.(a)
Confiamos en rebajas adicionales. Quizá luego de ‘estudiar seriamente’
el asunto se descubran lugares donde la malla no hace falta. ‘Estudios
posteriores’ descubrirán más lugares. En California, en todo caso, es posible que no lo permitan. El cambio climático, “fraude” toda vez
que no cesara la campaña, engrosa ahora de súbita sustancia. Tiene Trump la
“mente abierta.” Y a los editores del New
York Times “según se reporta, afirmó también que la actividad humana y el
calentamiento global pudieran estar conectados. ‘Creo que hay una
conectividad [sic],’ dijo.
‘Algunos, algo. Depende cuánto.’ ”(b)
Poco después, Trump se sentó a charlar con Al Gore, mesías mundial del
catastrofismo climático, y Gore pareció muy satisfecho con el resultado.(c) Caballero exquisito—¡y galante!—, buen
ganador, y atento siempre a las ternezas de las damas, Trump no cumplirá,
claro que no, su promesa de enjuiciar a Hillary Clinton para “¡que la
encierren!” Pues Clinton, explicó Trump a reporteros del New York Times, ha “ ‘sufrido mucho’ ” y enjuiciarla “ ‘no es
algo que me importe demasiado.’ ”(c) FUENTES: (a) “Donald Trump Says His Wall With Mexico Could Be a Fence
‘For Certain Areas’ ”; Wall Street Journal;
13 Nov 2016; by Yuka Hayashi. (b) “Trump shifts stance on climate change: President-elect
says he's willing to keep an ‘open mind’ about Paris climate deal”;
CBC NEWS; 24 November 2016; by Associated
Press (c) “Al Gore just had ‘an extremely interesting conversation’ with Trump on climate change”; Washington Post; 5 December 2016; By Juliet Eilperin and Jenna Johnson (d) “Trump flips, now opposes prosecution for Clinton”;
CNN Politics; 23 November 2016; by
David Wright and Z. Byron Wolf. [4] Para un análisis muy completo de las
deficiencias del tratado nuclear iraní, con ligas al texto mismo del tratado,
ver: “A Bad Deal”; Times of Israel; August 2, 2015; by Nevet Basker. [5] “President Trump and the Iran Nuclear Deal”; Foreign Policy; November 16, 2016; By Eric B. Lorber [6] “Netanyahu to urge Trump to ‘tighten noose’ on Iran, not scrap nuke
deal”; Jerusalem Post; 18 November 2016 [7] “Nada por aquí: El origen de ISIS”; Milenio; 23 de
noviembre, 2015; por Francisco Gil-White. [8] “Son musulmanes democráticos: ¿Por qué no los ayuda
Occidente?”; de: LA REVOLUCIÓN ROJAVA; Historical and Investigative Research; 28 marzo 2016; por
Francisco Gil-White [9] “Netanyahu: Iran’s Ayatollah Tweets That Israel Must Be Destroyed”; CNSNEWS.com; March 3, 2015 - 12:15 PM; by Melanie Hunter [10] “OLP/Fatah
e Iran: Una relación especial”; Historical and Investigative Research; 22 junio 2010; por
Francisco Gil-White [11] “PLO figure:
Iran, Palestine in deal for all-out cooperation”; IRNA; 11 August
2015. |
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