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TRUMP Y ORIENTE MEDIO

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- UNA SERIE HIR -

 

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En el último siglo, la política EEUU nunca fue tan violenta contra México como en el periodo Bush Jr.–Obama. Lo que cambia con Trump es nada más el estilo—y ésa es la pista de que aquí hay una estafa, un timo—.

 

 

 

 

 

 

 

 

Historical & Investigative Research – Sep 2017, by Francisco Gil-White
http://hirhome.com/TRUMP/TRUMP_07_esp.htm

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Qué conste, para quien deba considerarlo: soy ciudadano mexicano, escribiendo desde la Ciudad de México.)

Pregunto: Si pudiéramos demostrar que los anteriores presidentes estadounidenses, en sus políticas, fueron iguales (o peores) bullies antimexicanos que Donald Trump, ¿no desnudaría eso el contraste Trump/Obama—grosero/cortés, racista/cosmopolita—como mera fachada?

Sí que lo haría. O más bien, lo hará, pues aquí fundaremos que, en el último siglo, la política de EEUU hacia México nunca fue tan violenta como en los años Bush Jr.-Obama.

En ello pudiera percibirse, empero, una incongruencia con el modelo HIR. ¿Por qué? Porque este modelo afirma que, en EEUU, un cártel encubierto señorea ambos grandes partidos y es dueño también de Trump (Parte 4). Si las políticas de este cártel ya eran antimexicanas, y si estaban bien disimuladas, ¿por qué jalarían ahora ese telón con un presidente a las claras antimexicano?

Porque los líderes del cártel quieren continuar con sus políticas—también disimuladas—de apoyo a la yihad (Parte 2, Parte 5), cuyo objetivo es asustarnos y convencernos—‘para protegernos’—de canjear nuestras libertades por mayores poderes para el Estado. Y resulta que, si pateas a México donde todos te vean, te quedas con tu yihad.

—Momento—. ¿Qué?                              

Suena rebuscado, pero justo por eso funciona: porque no podemos ver el juego. Quien conoce de ‘gramática política’—normas culturales que rigen las consecuencias políticas de decir y hacer ciertas cosas—puede jalar aquí la palanca emocional A y poner en movimiento engranes (B, C, D…), gramaticalmente articulados, y obtener allá el resultado deseado.

Es guerra psicológica.

Aquí está. Primero, la palanca: A) Trump, con estilo racista, se regodea de sus ataques contra México. Esto B) orilla a la ‘izquierda’ a odiar a Trump. Por ende, C) los ‘izquierdistas’ desean negar cualquier cosa que él diga—por ejemplo, que la yihad debe ser confrontada, que es importante apoyar a Israel. En consecuencia, D) les resulta imposible sumarse a la ‘derecha’ en contra de la yihad; de hecho, E) acaban por defender al islam como una víctima más de aquel racismo trumpista (e igualan el sionismo con el racismo). Así, F) sin entender lo que hacen, los ‘izquierdistas’ brindan espacio de maniobra al cártel, y le permiten continuar con Trump sus políticas pro yihadistas (Parte 5, Parte 6). Esto G) genera violencia que H) orilla a la ‘derecha’ a pedir mayores poderes para el Estado. Y con eso I) se desmoronan las libertades occidentales. Tantán.

¿Le intriga? Bien. Primero, fundaremos que, en política, Trump es Obama. Las políticas ya eran profunda y violentamente antimexicanas; lo nuevo es nada más el circo mediático de los desplantes antimexicanos trumpistas. Hecho lo cual, diremos más sobre por qué precisa el cártel de aquel circo para balancear exquisitamente a la ‘izquierda’ y a la ‘derecha.’

A grandes rasgos: una foto rápida de la Doctrina Monroe

En la Doctrina Monroe (promulgada 1823) la élite de poder en EEUU avisó a los poderes europeos de no interferir en el continente americano. No era, como tal, oposición al colonialismo, sino más bien al de los europeos. Pues América, para el Tío Sam, era por derecho su patio de juegos, y concibió un estilo colonialista propio, bastante turbio. Se convirtió, de hecho, en un bravucón de primera, y adquirió un séquito de compinches: hampones latinoamericanos cuyos golpes represivos en secreto organizaba y protegía.

Es bien sabido, por ejemplo, que el gobierno EEUU asistió los golpes represivos en Guatemala y Chile, y que entrenó y armó fuerzas terroristas en El Salvador y Nicaragua. Menos conocido es el papel de EEUU en la Operación Cóndor,

“un sistema secreto de inteligencia y operaciones creado en los 1970s, a través del cual los regímenes militares sudamericanos coordinaban información y secuestraban, torturaban, y ejecutaban opositores políticos en redadas combinadas trasfronterizas. …Cóndor fue asistido y alentado por las fuerzas militares y de inteligencia estadounidenses.”[1]

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La mano sangrienta de Operación Cóndor (Telesur).

Nos dirán que todo fue ‘bien intencionado’—que el apoyo a los dictadores de ‘derecha’ en Centro y Sudamérica era ‘necesario’ para ganar la Guerra Fría contra el comunismo. Dos problemas. Primero, los dirigentes estadounidenses tildaban de ‘comunista’ a cualquier izquierdista, y destruyeron sistemas que eran democráticos (ej. Guatemala). Segundo, y más al grano, aunque todos hubieran sido comunistas, eso puede combatirse apoyando la democracia.

Luego entonces, debe ponerse sobre la mesa la siguiente hipótesis: quizá sea la democracia lo que los gobiernos estadounidenses siempre quisieron destruir. Es una hipótesis natural para el modelo HIR, pues afirma que en EEUU gobierna un cártel antidemocrático.

Sopapos contra México, antes de Trump

A México también se lo bulean. Aquí un resumen corto del contexto histórico mínimo: la relación México-EEUU en los años Bush Jr.-Obama.

Por 71 años, México fue gobernado por una dictadura de partido. Esto nunca pareció molestar a la élite de poder estadounidense—por el contrario—. Pero al tomar posesión Bush Jr. en EEUU, un partido de oposición por primera vez hizo lo mismo en México. La anhelada transición democrática había llegado.

Este fue un ‘experimento natural’ pues deja sobrevivir solo a una hipótesis de la política EEUU—‘combatiendo comunismo’ o ‘destruyendo democracia’—. Es como si Dios, jugando en su Laboratorio Mundial, hubiese controlado las variables para tal prueba.

¿Por qué? Porque el partido que salió en la transición democrática fue el PRI, tradicional custodio de la Revolución Mexicana, según muchos un movimiento ‘bolchevique.’ Y el que entró fue el PAN, el partido democristiano de las clases medias, de ideología (¿qué creen?) anticomunista.

Luego entonces, si la élite de poder en EEUU se oponía al comunismo y no a la democracia, debió apoyar este cambio. Pero si lo que buscaban destruir era la democracia, este era el momento de lanzar un ataque.

¿Qué pasó?

Las nuevas autoridades panistas empezaban a orientarse a penas cuando tocaron a su puerta. Abrieron y de inmediato sintieron frío, envueltos en la sombra totémica del Tío Sam. Y temblaron. Parecía… ¿amigable? Alargaba de su mano un ‘regalito’: un acuerdo secreto para que su Drug Enforcement Agency (DEA) operara en México sin supervisión. Para ‘combatir el crimen’ (fírmale aquí, beaner). Les hacía los ojos de borrego, pero ¿sería aquello una sonrisa?


El Tío Sam, como se ve desde México.

Sabemos desde los 1920s que prohibir y perseguir el narcotráfico solo hace más fuerte al crimen organizado. Luego de ‘combatir las drogas’ durante medio siglo, conseguirlas en EEUU es más fácil que nunca.[1a] Cabía sospechar, por lo tanto, de esta iniciativa del Tío Sam. En efecto, ¿por qué la cláusula de no supervisión?

Porque estos gringos, como ahora sabemos, no vinieron a combatir el crimen sino todo lo contrario. Vinieron a asistir a una mafia mexicana, el Cártel de Sinaloa, para que venciera a sus rivales y coronar a la DEA capo di tutti capi—el padrino—del crimen organizado en México.[2]

Fue una estafa.

Oficialmente, EEUU afirma que el Cártel de Sinaloa obtuvo beneficios a cambio de información sobre organizaciones rivales del narco. Se quiere evocar, sin duda, aquella escena de las series policíacas: un pelagatos de criminal, ya bajo arresto, recibe un trato más amable a cambio de delatar a un pez más grande. Dos problemas: Aquí los beneficiados (recibiendo harta ayuda) eran Joaquín (‘El Chapo’) Guzman Loaera y sus lugartenientes, no bajo arresto sino operando libremente. Y eran, por mucho, los peces más grandes del estanque mexicano.

En aquel entonces, el Cártel de Sinaloa era la organización más grande, y había infiltrado el Estado mexicano con tentáculos de corrupción más profundamente, y más alto, que nadie. Y estaba creciendo. En 2001, justo después de escapar con misteriosa facilidad del penal de Puente Grande, organizó una junta con otros grandes narcos y formó ‘la Federación,’ fusionando en ella a los cárteles de Juárez y Sinaloa, mismos que se aprestaron a conquistar a sus rivales. “Comenzaba una fase en la que las balaceras, la sangre, las torturas y decapitaciones iban a desbordarse sin control.”[3]

Fue justo antes de esto, según una investigación de un año realizada por el diario mexicano El Universal, que comenzó la intervención furtiva de la DEA, la cual implicó reunirse con el Cártel de Sinaloa, y asistirlo, fuera de la vista de las autoridades mexicanas.[4] ¿Sería por eso que el Chapo Guzmán estaba tan confiado de poder conquistar al país entero?

Pero el Tío Sam no quería dejar nada al azar. Las autoridades EEUU—esto incluye a la DEA, el ICE, el ATF, el FBI, el IRS, Homeland Security, y el Fiscal General—deliberadamente permitieron que llegaran miles de armas a manos de sus criminales mexicanos favoritos: el escándalo de gunwalking Rapido y Furioso. Fue una suerte, una chiripa, que esto se descubriera, gracias a lo que se destapó en una investigación de homicidio estadounidense.[5]

Oficialmente, las autoridades en EEUU afirmaron que estaban siguiendo las armas para atrapar a los criminales. “Pero las agencias relevantes del gobierno mexicano nunca fueron notificadas de la operación, y parece que no hubo esfuerzo alguno para seguir las armas luego de que cruzaran la frontera mexicana.[6]

Tenemos aquí otro ‘experimento natural.’ Si los demócratas y los republicanos realmente fueran rivales, ésta era la oportunidad perfecta para que Barack Obama exhibiera las cochinadas de Bush Jr. En lugar de eso decidió continuarlas y extenderlas, y luego peleó como gato boca arriba para no liberar documentos relacionados con esto.

Todo coincide bien con la hipótesis de que en EEUU gobierna un cártel y que Obama fue la nueva versión de Bush.


Bush Jr. lo inició; Obama lo continuó, lo creció, y lo protegió.

Lejos de ser un país perfecto, ya padecíamos en México narcoviolencia preocupante, pero la guerra de cárteles que instigó EEUU destruyó cualquier aspecto de equilibrio y se convirtió en el argumento público para una ‘guerra contra las drogas’ mexicana.

No es ‘contra las drogas’ pero sí es una guerra. CNN escribe que “las guerras de drogas en México se cobraron 23,000 vidas en 2016—segundo lugar después de Siria, donde murieron 50,000 personas—.”[7] El estilo también es sirio: decapitados, cadáveres exhibidos en la vía pública para asustar, y otras barbaridades tipo ISIS.[8] Un cuarto de millón de mexicanos, según el Guardian, ha sido asesinado o desaparecido desde que inició nuestra ‘guerra contra las drogas’ hace una década.[9]

Un cuarto de millón de mexicanos… (Es un estimado; pudiera ser peor.[10])

¿De qué va todo esto? Nuestra hipótesis: la élite de poder en EEUU es enemiga de la democracia y se propone destruirla en todos lados (véase ‘Operación Cóndor,’ arriba). Entonces, cuando México dio sus primeros pasos democráticos en 2000, esa élite puso manos a la obra y encontró el remedio: provocar y administrar una guerra entre los narcotraficantes y los gobernantes mexicanos, brindando a los narcos el incentivo para conquistar al Estado. Lo lograron: los narcos “han penetrado los gobiernos locales, estatales, y nacional, y controlan secciones enteras del país.”[11]

Esto sofoca a la democracia mexicana en la cuna.

En 2012, los mexicanos de a pie, asqueados con la transformación violenta de su país, regresaron al poder al viejo PRI—el partido de la dictadura de 71 años—. El PRI puso manos a la obra y en seguida empujó reformas para socavar la efectividad del instituto electoral mexicano.[12] Mientras tanto, la ‘guerra contra las drogas’ continuó y empeoró. ¿Todavía importa qué candidato escojan los mexicanos en 2018?

Claro que hay beneficios secundarios (¿por qué no ganar dinero mientras se destruye a la democracia mexicana?). El setenta por ciento de las armas que utilizan nuestros narcos, según reportes del congreso estadounidense, son ‘Made in the USA.’[13] Y el gobierno mexicano compra toneladas de armamento estadounidense para (¿qué creen?) ¡‘combatir a los cárteles’!

Nosotros morimos por cientos de miles y los armamentistas gringos engordan de dinero. Qué nos perdonen, pero nos sentimos buleados.

En fin, lo anterior establece lo que anunciamos: que el patrón estaba ya muy bien anclado. EEUU bulea a México; no es cosa de Trump. Lo que cambia con Trump es nada más el estilo.

Donald Trump

Pero vaya que ha cambiado el estilo. Cuando llegó Donald Trump el bullying se tornó un gran show mediático.

Trump acusó que, después de Siria, México es el segundo país más violento del mundo. Los funcionarios mexicanos, tan dignos, como tirados de una obra de Ionesco, contestaron: no somos el segundo; si acaso el quinto…[14] De apoplejía. Debieron contestar que , somos un país violento, pero ¿de quién es la culpa? La política EEUU es responsable de la violencia en México—y, por cierto, también en Siria.[15]


BUILD THAT WALL !

Pero Trump no se limita a señalar la violencia en México. Mientras sus seguidores cantaban aquel mantra hipnótico, “¡Construyan ese muro!”, él nos acusó, a nosotros los mexicanos, por la violencia en Estados Unidos. ¿Y el cuarto de millón de mexicanos muertos? Esto es como recobrar el conocimiento en un charco de tu propia sangre, tendido en el suelo de la prisión, y escuchar a los guardias, tus victimarios, culparte a ti (porque, mira, uno de ellos tiene un rasguño).

Aquí es donde el estilo adquiere un tono inconfundible. Porque tiene sentido, no lo niego, preocuparse por la entrada de ilegales en la frontera sur de EEUU—es legítimo—. Construyan ese muro. Pero ponerse a gritar que forzarán a México, el país dolido que bulearon y destruyeron, a pagar dicho muro—eso es una mentada—. Y justificar aquello calumniando a los mexicanos ilegales de ser casi todos violadores y asesinos—eso es racismo—.

Y es tanta la inversión simbólica y mediática, aquí, que nos obliga a la pregunta:

¿Ese racismo es impulsivo y franco? ¿O será otra estafa?

Quizá Trump realmente sea racista. Se antoja poco tutelado—salvaje, casi. Quizá no consiga contenerse. O quizá Trump sea un actor, como sugiere nuestro modelo de ‘cartel.’

A Estados Unidos, dice este modelo, lo gobierna un cártel que señorea ambos grandes partidos (Parte 4) y es dueño también de Donald Trump, que no es ningún enemigo del Establishment (Parte 5), ni amigo de Israel (Parte 3), ni némesis de la yihad (Parte 5, Parte 6). No obstante las apariencias telegénicas, Trump es fiel a la tradición del cártel gobernante, de políticas pro yihadistas y antiisraelíes (Parte 2).

El objetivo de esas políticas es destruir la democracia. El principio es sencillo: al hacer crecer la violencia yihadista, hacen crecer también el sentimiento anti yihadista, y con ello la demanda de intercambiar libertades individuales por un Estado más fuerte (‘para protegernos’).

Es un juego muy viejo—pero es delicado, y contiene sendos peligros para sus administradores—.

Pues, ¿que sucedería si el sentimiento anti yihadista se tornase unánime? ¡El sistema daría un vuelco en la otra dirección! ¿Por qué? Porque una ciudadanía unida contra la yihad volvería imposible muchas políticas pro yihadistas abiertas o semi encubiertas (por ejemplo, los USD $100 mil millones en armamento que Trump ha prometido venderle a Arabia Saudita). Y esto debilitaría severamente al yihadismo, porque, seamos francos, sin el apoyo del cártel occidental los yihadistas a duras penas pueden (no logran vencer a los kurdos en Siria, a quien nadie ayuda). Y si la amenaza yihadista menguase, los ciudadanos occidentales nuevamente exigirían sus derechos y libertades, retomando el sistema.

Para tener éxito, por tanto, el cártel debe contener y controlar el movimiento anti yihadista. ¿Cómo? Timando tanto a la ‘derecha’ como a la ‘izquierda.’ Esto es, para jalonear a tu gusto a los anti yihadistas de ‘derecha,’ dales un líder ‘anti Establishment’ que sea, en realidad, marca registrada del cártel. Y para limitar el atractivo del movimiento anti yihadista, dale a ese líder un corte ofensivo en las tripas para toda la ‘izquierda.’

Lo último es un golpe de genio.

Porque si estás a la ‘izquierda,’ no puedes evitarlo: odias a Donald Trump por su racismo. ¿Por qué? Porque bulea a los mexicanos—es su jugada de sello—. Y como ya lo odias, tu tripa te jala a rechazar cualquier cosa que diga. Has sido ‘inmunizado.’ Cuando Trump advierte que el islam es un gran peligro, lo interpretas como más racismo y lo rechazas. De hecho, nada te dará más gusto que defender al islam para echárselo en cara al racista odioso aquel.

Ahí está, pues: la estafa ‘antimexicana.’

El cártel se queda con las dos tortas. La mitad de la ciudadanía exige mayores poderes para el Estado para ‘pelear contra el yihadismo,’ ayudando a transformar al sistema, a pasitos, en un Estado policiaco; la otra mitad defiende al islam en calidad de ‘lucha de derechos humanos,’ brindando a los dueños del cártel espacio de maniobra para continuar apoyando el crecimiento del islam en Occidente, mismo que merma las libertades occidentales simplemente por ser islam.

Administran el sistema político con guerra psicológica, y caminan hábilmente, dicho sea de paso, sobre la cuerda floja. Ésa es nuestra hipótesis.

Así las cosas, nos vendría muy bien, para defender esta tesis, si pudiéramos demostrar que Trump es un hábil estafador de carrera. Mejor aún si resultase que ya en otra ocasión nos timó declamando sobre mexicanos.

Es nuestro siguiente tema.

 

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SIGUE : PARTE 8  ► ¡TRUMP! YA ANTES NOS ESTAFÓ ►

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Related Readings

 

 

 

 

 

 

 

 

What is the Council on Foreign Relations?
http://www.hirhome.com/cfr.htm

THE US AND IRAN: Friends of foes?
http://hirhome.com/iraniraq/ITAM-conf-eng.htm

NOW YOU SEE IT: Just Where Did ISIS Come From?
http://www.hirhome.com/iraniraq/isis.htm

 

 

 

 

 

 

 

Footnotes and further reading

[1] McSherry, J. Patrice. 2002. “Tracking the Origins of a State Terror Network: Operation Condor.” Latin American Perspectives, Vol. 29, No. 1, Brazil: The Hegemonic Process in Political and Cultural Formation. pp. 38-60. (pp.38-40)

[1a] “A pesar de dirigir más y más recursos a la interdicción de la oferta, el mercado ilícito de drogas se ha expandido continuamente, y la ONU ahora estima que ascenderá a más de [USD] $330 mil millones, cifra que empequeñece el producto interno bruto de muchos países.”

SOURCE: “The War on Drugs: Wasting billions and undermining economies”; Count the Costs: 50 Years of the War on Drugs; by Transform Drug Policy Foundation

[2] “Bajo estos acuerdos secretos, los agentes de la DEA de EEUU se reunieron repetidamente con miembros importantes de ciertos cárteles de drogas, especialmente el Cártel de Sinaloa, para obtener información sobre grupos rivales. Había informantes que hacían de intermediarios entre la DEA y ‘El Chapo’ Guzmán, el jefe de aquel cártel… La DEA arregló que los cargos de narcotráfico que había contra algunos de sus informantes del Cártel de Sinaloa fueran desechados. En otras palabras, permitió a los cárteles con los que trabajaba que continuaran su negocio—y sus matanzas—como de costumbre.”

FUENTE: “The US’s ‘War on Drugs’ Has Spiraled Dangerously Out of Control: It didn’t work in Afghanistan, so let’s do it in Mexico”; The Nation; 23 March 2015; By Rebecca Gordon

[3] Atentamente, El Chapo”; Nexos; 1 agosto 2010; por Héctor de Mauleón

[4] La Guerra Secreta de la DEA en México”; El Universal; 6 enero 2014; por Doris Gómora

[5] ‘Rápido y Furioso’ se convirtió en un escándalo porque el agente de la patrulla fronteriza Brian Terry fue asesinado en Arizona con una de las armas que las autoridades estadounidenses habían hecho llegar a los narcotraficantes mexicanos, y los investigadores a cargo del homicidio siguieron sus pistas hasta el final. Esto es coincidencia. Suerte. Otras operaciones para sabotear la democracia mexicana podrían existir pero, sin otro golpe de ‘suerte’ (pido disculpas a la familia de Terry), quizá jamás nos enteremos de ellas.

FUENTES:

Federal judge reopens ‘Fast and Furious’ controversy”; CBS News; 21 August 2014; By Jake Miller.

Brian Terry family sues ATF officials in Fast and Furious”; CBS News; 17 December 2012; By Sharyl Attkisson.

[6] “En la debacle conocida como ‘Rápido y Furioso,’ la Oficina de Alcohol, Tabaco, y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés) permitió que ‘más de 2,000 armas, incluyendo cientos de AK-47 y otros rifles semiautomáticos y de calibre .50’ ‘caminaran’ al otro lado de la frontera a las manos de los cárteles mexicanos. Se suponía que lo hacían para seguir a las armas para que pudieran después arrestar a altos líderes de los cárteles. Pero las agencias del gobierno mexicano nunca fueron informadas de la operación, y parece que de hecho no hubo esfuerzo alguno por seguir las armas una vez que hubieron cruzado la frontera mexicana. Las armas fueron encontradas en escenas de crimen tanto en México como en Estados Unidos. El 14 de diciembre de 2010, junto a la frontera mexicana en Arizona, una de ellas mató al agente del Border Patrol estadounidense Brian Terry.

ATF no fue la única agencia en involucrarse en ‘Rápido y Furioso.’ Gente del ICE [Immigration and Customs Enforcement], el Department of Homeland Security, la DEA, y el US Attorney’s Office en Arizona también participaron, junto con el FBI y el IRS [Internal Revenue Service].”

FUENTE: “The US’s ‘War on Drugs’ Has Spiraled Dangerously Out of Control: It didn’t work in Afghanistan, so let’s do it in Mexico”; The Nation; 23 March 2015; By Rebecca Gordon

[7] Report: Mexico was second deadliest country in 2016”; CNN; 11 May 2017; By Elizabeth Roberts

[8] Los cárteles mexicanos

“decapitan cientos de personas… avientan los cuerpos sin cabezas y manos al lado de las carreteras como advertencia a quienes se atrevan a resistir su poder.”

Recuerdo un México distinto. De niño, cuando iba al peluquero, aprovechaba para hojear clandestinamente un periódico horrible: el ¡Alarma!, que reunía, a manera de pornografía, fotos espantosas de cuerpos mutilados y quemados, e historias de torturas en calles de mala muerte. ¡Esos eran los buenos tiempos! Pues solo los inocentes pueden excitarse con semejante material. Ya no hay mercado para esto, ahora que todos nuestros periódicos se han convertido en el ¡Alarma!

SOURCE: “The US’s ‘War on Drugs’ Has Spiraled Dangerously Out of Control: It didn’t work in Afghanistan, so let’s do it in Mexico”; The Nation; 23 March 2015; By Rebecca Gordon

[9] Mexico's war on drugs: what has it achieved and how is the US involved?”; The Guardian; 8 December 2016; by  Nina Lakhani and Erubiel Tirado in Mexico City.

[10] Alejandro Madrazo, a respected analyst of the Mexican ‘war on drugs’ working out of CIDE, in Mexico City, explained to me that these are (reasonable) estimates. But nobody really knows, and the numbers could be higher. (personal communication)

[11] The US’s ‘War on Drugs’ Has Spiraled Dangerously Out of Control: It didn’t work in Afghanistan, so let’s do it in Mexico”; The Nation; 23 March 2015; By Rebecca Gordon

[12] Frustración y esperanza”;  El Diario (Coahuila); 27 de Junio 2017; por Onésimo Flores Rodríguez

[13] Halting U.S. firearms trafficking to Mexico: A report by senators Dianne Feinstein, Charles Schumer, and Sheldon Whitehouse to the United States Senate Caucus on International Narcotics Control; One Hundred Twelfth Congress, FIRST SESSION; June 2011.

[14] México no es el segundo país más violento: SRE a Trump”; Milenio; 22 de Junio 2017.

[15] NOW YOU SEE IT...: Just where did ISIS come from?”; Historical and Investigative Research; 23 Nov 2015; by Francisco Gil-White


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  1. ¿Será distinto Trump? 

 

¿Será distinto Trump? Los patriotas israelíes esperan que sí. Se ha perfilado como enemigo de Irán y de ISIS, y de ahí la esperanza. Pero, ¿qué evidencia sería diagnóstica de que Trump sí cumple sus promesas en Oriente Medio?

 

   2. ¿Puede Trump cambiar la dirección?

 

Muchos esperan que Trump transforme la política exterior de Estados Unidos en Oriente Medio. Pero, ¿podrá? Eso depende de qué tanta influencia tiene un presidente sobre el sistema que produce políticas de Estado.

 

   3. Trump y Netanyahu : ¿Cómo interpretar su cumbre?

 

La cumbre de Trump y Netanyahu, dicen los medios, dio un giro ‘pro israelí.’ De ser cierto, ello sería un reto para el modelo de HIR. Pero no lo vemos así. El resultado de la cumbre, en nuestra opinión, ha sido ‘pro iraní.’ Opinar otramente, como mostramos, requiere privar al público del contexto histórico relevante.

 

   4. ¿Acaso Trump es el jefe?

 

Quizá el presidente no sea más que un testaferro; el show mediático cambia, pero las metas de largo plazo—escogidas por un cártel bipartidista—son siempre las mismas. En ese caso, las políticas de Trump en Oriente Medio parecerán distintas a las de Obama, pero darán resultados similares.

 

   5. ¿Quién hace política exterior para Trump?

 

Cuando examinamos la trayectoria de quienes han sido escogidos para hacer la política exterior de Trump, vemos que son figuras del Establishment que han apoyado las políticas pro yihadistas.

 

  6. ¿Por qué bulea Trump a México? (Es una estafa)  

 

¿Qué tiene que ver el bullying antimexicano de Trump con las políticas de apoyar la yihad y socavar la seguridad israelí? Curiosamente, todo. Al jalonear así las emociones identitarias de la gente, los guías de Trump dividen el campo político y debilitan la oposición a sus peligrosas políticas. Es guerra psicológica. Trump es un estafador. Y hemos sido timados.

 

  7. Obama también fue bully 

 

En el último siglo, la política EEUU nunca fue tan violenta contra México como en el periodo Bush Jr.–Obama. Lo que cambia con Trump es nada más el estilo—y ésa es la pista de que aquí hay una estafa, un timo—.

 

  8. ¡Trump!: Ya antes nos estafó   

 

En el año 2000, hubo un empresario conocido, también figura mediática, que se anunció candidato presidencial para combatir el racismo, denunciar muros fronterizos, y defender a los mexicanos. Su nombre: Donald Trump.

 

  9. Gramática política de la estafa antimexicana

 

Para preservar a Occidente como refugio de derechos y libertades, los occidentales deben ser a la vez liberales y anti yihadistas. Pero las emociones que excita la estafa antimexicana nos orillan a ser 1) fascistas anti yihad; o 2) liberales pro islam. Esto condena a Israel—y a todo Occidente—.

 

  10. La estafa antimexicana y la política exterior de Trump

 

Trump, naturalmente, emite ruidos para satisfacer a quienes esperan de él una política anti yihadista y pro israelí—son gestos obligados, forzados por la gramática política—. Pero si examinamos lo que está logrando, vemos que, como sus predecesores, está fortaleciendo al islam radical y debilitando a Israel.

 

  11. Por qué la tradición pro yihadista de EEUU?

 

Aun para quien acepta que a EEUU lo gobierna un poderoso cártel de élite puede ser difícil aceptar que querría apoyar el yihadismo y destruir a Israel. Pero si consideramos la historia del cártel, veremos que no hay nada implausible en esto.

 

 

 

 

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