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Table of Contents ► Bill Clinton y George Bush padre Desde
hace mucho tiempo nos hemos servido de la metáfora del cuerpo para analizar
nuestras instituciones o corporaciones—la
raíz ‘corpo’ viene del latín ‘corpus’ que significa ‘cuerpo’—pues impresiona
mucho la división de trabajo, integración, y articulación funcional de sus
‘células’ humanas. Si la metáfora es productiva, quizá debamos adoptar
también el método de investigación del médico, quien malluga y punza para
observar las reacciones del cuerpo y evaluar con ellas su salud. Los profesionales
de la ‘investigación acción’ se han tomado esto muy en serio. Son
investigadores que actúan—‘punzando’
y ‘mallugando’ nuestros sistemas o ‘cuerpos’ sociales—para obtener una
respuesta institucional y, con ella, evaluar y diagnosticar. Han sido
reclutados para mejorar el funcionamiento de las organizaciones con y sin
fines de lucro. Mientras
que el antropólogo tradicional participa y observa con la finalidad de
entender, más no de cambiar, los investigadores activos, como los médicos,
definen la dirección saludable de la institución de interés—a la cual,
típicamente, pertenecen—, buscando con su investigación la manera de
encausarla en esa dirección deseada. Así lo defiende Danny Burns en su
influyente Systemic Action Research: A
strategy for whole system change. Sin
buscarlo conscientemente, yo me convertí en investigador activo cuando
propuse, en el contexto del sistema académico estadounidense, nuevas
hipótesis sobre el funcionamiento de las relaciones internacionales—en
especial, sobre las metas de quienes toman decisiones de Estado en EEUU—. La
reacción que produje me forzó a reconsiderar mi hipótesis anterior sobre la
salud de aquel sistema académico. Yo
pensaba que en Estados Unidos—por encima de las libertades ciudadanas
garantizadas en la constitución—la ‘libertad académica’ del investigador y
profesor estaba institucionalmente protegida, pues así lo expresan los
reglamentos académicos. La finalidad explícita, según esos mismos
reglamentos, es proteger la generación de nuevas ideas, los retos a las
viejas, y el debate abierto, indispensable para avanzar el proceso científico
y por ende nuestro conocimiento. Descubrí,
sin embargo, como han descubierto también otros académicos, que en el campo
de la teoría política no existe, en Estados Unidos, una plena libertad
académica. Ciertas teorías se consideran ‘tabú.’ Si uno las propone, la
consecuencia no es un esfuerzo colegial y civilizado por debatir y refutar;
por el contrario, se moviliza el poder para censurar y perseguir. Quien no se
doblegue ante el dogma protegido podrá inclusive pagar con su empleo. El
mismo experimento en México conlleva una conclusión distinta. Por lo menos en
el ITAM, donde ahora enseño, existe libertad académica suficiente para retar
las teorías dominantes de las relaciones internacionales. Aquí sí pueden
proponerse hipótesis minoritarias. Eso lo han demostrado los alumnos itamitas
al invitarme—con éxito—a presentar, en el máximo auditorio de nuestra
institución, la hipótesis según cual
las élites de poder estadounidenses e iraníes no son enemigos—como en público
se ostentan—sino aliados (y desde hace ya muchos años). Agradezco
a la sociedad de alumnos UNE la invitación. Con
el afán de propiciar el debate científico—saludable
para una institución académica—reproducimos
abajo el texto de mi conferencia, presentada en el Auditorio Raúl Baillères
el martes 30 de agosto de 2016. Transcripción de la Conferencia : “EEUU E IRÁN: ¿Amigos o Enemigos?” Agradecimientos y anuncios Bienvenidos.
Gracias por venir a ésta, su conferencia. Quiero antes que nada agradecer a
UNE, la sociedad de alumnos, por hacerme la invitación, y a Abraham Mercado quien
se encargó de muchísimos de los detalles, y que tuvo la inspiración, primero,
de que organizáramos esta conferencia. Y
están por aquí también algunos miembros de una organización que se llama
‘Diálogos…’ Le quiero hacer el ‘plug.’ Este…, pónganse en contacto con
Salomón Sacal, que está aquí (levanta la mano Salo), por si les interesa
después unirse a una organización que organiza diálogos y tertulias sobre
temas muy interesantes para jóvenes, y adultos, y viejos. Em…,
y quiero empezar primero, con—antes de entrar en materia—con unos cuantos
anuncios. Primero,
les presento mi website, por si les interesan los temas que van a escuchar
hoy y quieren después conocer algo más, ver más documentación. La
revista web se llama Historical and
Investigative Research y la encuentran en www.hirhome.com. Aquí no están viendo…—¡se me pasó
poner la dirección! Pero la van a ver en la parte de abajo de todas mis
filminas. Eh, y
en esta página web, ahí, arriba de ese artículo que ahorita es el primero, va
a aparecer hoy en la noche—o a más tardar mañana—el texto de esta
conferencia, con toda la documentación, sobre cualquier particular que se
haya mencionado hoy. Entonces, si quieren ir a checar la documentación… Y los
más escépticos de ustedes la van a querer ir a checar porque varias veces
durante mi conferencia van ustedes a decir “¡No! ¡Eso no puede ser! ¡No ha de
ser cierto!” Entonces, vayan, porque ahí pueden checar la documentación y
hacer el esfuerzo de averiguar si les dije alguna mentira. Eh, y
también, en la misma página web, abajito del texto de la conferencia, a
partir de mañana, a más tardar, van a encontrar esta serie que se llama Psychological Warfare and Political
Grammar que discute y documenta muchos de los temas que vamos a presentar
el día de hoy.
Finalmente,
si después de escuchar lo que voy a presentarles hoy, y de investigar un
poquito más los materiales adicionales, se quedan con ganas de más, entonces los invito a mi curso La Historia Política de Occidente y el
Antisemitismo, en donde abundamos todos estos temas que ustedes van a
escuchar y muchos otros relacionados.
[En
el curso] recorremos 2500 años de historia occidental para tratar de entender
el papel que ha jugado el antisemitismo en la historia política de Occidente,
y eh…, todo eso como trasfondo para poder entender mejor la geopolítica de
nuestro momento actual. Y nos divertimos muchísimo. Es un curso muy
divertido. Algunos de los que están aquí ya lo han cursado. Está abierto a
todo el público; es un curso de extensión. Entonces, no tienen que ser
alumnos del ITAM. Pueden invitar a sus papás, a sus tías, a sus primos, a sus
amigos de otras universidades—a quien ustedes quieran—. Y vamos a iniciar ese
curso en febrero del semestre que entra. Si quieren mándenme un correo (se me
olvidó poner el correo ahí) pero búsquenme en el sistema del ITAM y mándenme
un correo si se quieren apuntar. Okay…
Sin más preámbulo, empecemos. Dice
un antiguo dicho romano: “Donde hay controversia, ahí hay libertad.” Yo vine
aquí a promover una controversia. Entonces, celebremos eso, porque demuestra
que aquí, en el ITAM, somos todavía libres. En Irán, no se puede hablar
libremente. Ahí no puede haber controversia. La
pregunta que busco contestar es la siguiente: ¿Qué explica que, luego de casi
4 décadas de políticas estadounidenses en Oriente Medio, el Estado teocrático
e islamista iraní—‘Eje del Mal’ según diatribas de George Bush padre—está más
fuerte que nunca? Éste será el tema de mi conferencia de hoy.
Dice
el filósofo Willard Quine: “El
argumento que sostiene a una paradoja puede exponer el absurdo de una premisa
oculta o de alguna preconcepción anteriormente considerada como central para
la teoría física, las matemáticas, o el razonamiento puro. Pudiera acechar una catástrofe, por ende,
en la paradoja más inocente. Más de una vez en la historia, descubrir
paradoja ha ocasionado una reconstrucción de los fundamentos del
pensamiento.”[1] Quine
dice ‘catástrofe’ con ironía, pues solo es tal para las hiedras ideológicas,
envoltura de cualquier tradición. La mente creativa y curiosa recibe la
paradoja como invitación: ahí debe
reformarse mi modelo del Universo y (¡qué bien!) ahora puedo hacerlo. Más
allá de “la teoría física, las matemáticas, o el razonamiento puro,” aparecen
paradojas también en la teoría social, donde son igualmente invitaciones a
reformar nuestros modelos. Aquí
una paradoja: el discurso del mandatario israelí del año pasado ante el
Congreso EEUU, cuando denunció—por opinar que aquello prepara la destrucción
de Israel—el tratado nuclear que Obama firmara poco después con los iraníes.[2]
No
hay mecanismo fiable en ese tratado, afirmó Netanyahu, para verificar su
cumplimiento, mucho menos dientes para castigar su infracción. Para colmo, el
tratado levanta las sanciones previamente impuestas sobre Irán, abriendo la
llave de enormes capitales para las armas nucleares que—todo mundo supone—los
ayatolás añoran.[3] ¿Y
para qué las quieren? En voz alta, ellos han denunciado la existencia de
Israel, exigido su destrucción, prometido su destrucción.[4] ¿Y la
paradoja? Ésa radica en la relación de estos eventos con un modelo de las
relaciones internacionales tan extendido y tradicional que ni siquiera se
reconoce como hipótesis, y que supone a los dirigentes estadounidenses
mejores aliados de los israelíes y peores enemigos de los iraníes. Este
modelo lo que predice son denuncias iraníes
de una política estadounidense pro
israelí; haber obtenido el inverso, por ende, es paradoja. Avistada
la paradoja lo primero es intentar disiparla sin abandonar por ello el
modelo. Y esto es propio, porque pudieran existir todo género de
complejidades, y no debe tirarse un modelo antes de considerarlas. Por
ejemplo, pudiera afirmarse que el mandatario israelí es un necio histérico;
el tratado, muy lejos de vulnerar la seguridad de su Estado, es la mejor
herramienta para protegerlo, pero él no lo ve. No entiende. Uno
quiere suponer, sin embargo, dada la motivación de los dirigentes israelíes
para evaluar la amenaza iraní, que habrían leído el texto con cuidado; ¿por
qué entonces no entienden que el tratado los protege, como afirma Obama?
Nueva paradoja. Pero
ésta la vamos a regalar: nos hacemos de la vista gorda y damos por bueno que
Netanyahu no entiende el tratado. El modelo dominante predice
entonces que Washington no firmará con sus peores enemigos hasta no
satisfacer a sus mejores aliados, tan temerosos ellos por su supervivencia,
de que el tratado los protégé .Pero ha ocurrido lo contrario. El Presidente
Obama, visiblemente ofendido con aquel discurso de Netanyahu, firmó con sus
peores enemigos sobre las objeciones vehementes de sus mejores aliados. Otra paradoja. Podemos
entonces aquí virar y ofrecer una solución distinta. Sí, el tratado con Irán es un gran peligro para Israel, pero la
dirigencia EEUU tiene una multitud de intereses. Su alianza con Israel es tan
solo uno de ellos. En esta ocasión otros intereses
pesaron más y eso explica que se haya firmado el acuerdo. Esta
solución tiene la virtud de afirmar algo incontrovertible: los jefes en
Washington tienen una multitud de intereses. El problema es que, aun
teniéndolos, firmar un acuerdo con sus peores enemigos—uno que, según sus
mejores aliados, prepara la destrucción
de esos aliados—vuelve paradójicas las designaciones ‘enemigo’ y ‘aliado.’ Y
quizá también el concepto de ‘intereses.’ Nos
estamos enlodando; se quiere una solución más radical. Propongamos
entonces que los dirigentes norteamericanos en realidad son los mejores
aliados de los iraníes y los peores
enemigos de los israelíes. Esta
solución desvanece la paradoja. Ahora la descripción tiene sentido: Obama
& Co. firmaron un acuerdo nuclear con sus mejores aliados, luego
denunciado por sus peores enemigos. —Momento.—
Surge una nueva dificultad. Washington
se profesa en público, y a menudo con cierta pasión, el mejor aliado de
Israel y el peor enemigo de Irán. Bajo el nuevo modelo, esas declaraciones
son ahora paradójicas. ¿Podemos escapar este problema? Una
salida es decir que las protestaciones públicas de nuestras ‘preferencias’
carecen de cualquier valor informativo; pueden ser ignoradas. Esta
solución recibe un apoyo importante en el trabajo de los economistas. Ellos
estudian cómo las preferencias de las personas afectan sus decisiones en
condiciones de escasez. Las preferencias no pueden observarse; solo pueden
inferirse del comportamiento. Pero no todos los comportamientos son
igualmente informativos. Un mero hablar, un mero decir ‘amo esto’ u ‘odio
esto’ conlleva un costo tan bajo de producción—los economistas lo llaman cheap talk—que vuelve costeable,
habiendo un interés, la falsificación. El
principio general es el siguiente: entre más pague una persona por alguna
cosa, más segura es la inferencia de que realmente la prefiere. El castellano
les da la razón, pues ‘caro’ significa ‘costoso’ y también ‘amado.’ Con
esta perspectiva, los economistas produjeron una revolución en la ciencia
experimental de la conducta cuando se volvieron psicólogos y entraron al laboratorio
para poner a prueba los postulados y predicciones de su teoría de juegos.
Los
psicólogos habían estado pidiendo a sus participantes que tomaran decisiones sobre
centavos, o inclusive sobre puntos simbólicos. Eso no sirve, dijeron los
economistas; es igual que entrevistar a las personas y pedirles que afirmen
si prefieren esto u otro. Para saber qué realmente prefiere un individuo, hay
que observar decisiones sobre sumas significativas. Así, en el laboratorio de
la economía conductual, los participantes pueden ganar con sus decisiones
dinero de verdad—en ocasiones, hasta tres meses de salario han sido puestos
sobre la mesa—. Gracias a estas investigaciones, bastante caras, hemos
aprendido mucho en las últimas décadas. Y seguimos aprendiendo. Yo
pienso que el estudio de la política y de las relaciones internacionales debe
también adoptar este principio básico: las declaraciones verbales son cheap talk. Su costo de producción es
tan bajo, y los beneficios de falsificarlas a menudo tan grandes,
especialmente para los políticos, que podemos descartarlas. Es
muy barato gritar, de un lado, “Eje del Mal,” y del otro, “Gran Satanás.” Si
queremos inferir las verdaderas preferencias de las élites de poder—de
quienes toman decisiones de Estado—debemos fijarnos en los comportamientos
que cuestan; las palabras, hacerlas a un lado. Así
lo recomendó implícitamente Bernadotte Schmitt, un historiador de la
diplomacia, cuando observó: “[inclusive]
los registros diplomáticos… nunca presentan toda la historia de una
transacción diplomática, como lo confesó hace mucho Bismarck, pues los
motivos de los negociadores casi
nunca se declaran.”[5] Si
los diplomáticos negociando en privado no declaran sus preferencias, menos
los políticos con micrófono, cuando darnos gusto nada les cuesta. Para
entenderlos, entonces, atención a lo que sí les cuesta porque ahí va el
corazón. Si
aceptamos este razonamiento, entonces ponemos atención al tratado nuclear
entre EEUU e Irán, cuyo costo de producción es mucho más alto que apaciguar a
Israel con un ‘te quiero.’ Bien,
pero ahora viene el reto más importante.
Hemos
escogido el nuevo modelo de las relaciones internacionales—el que supone a
los líderes estadounidenses mejores aliados de los iraníes y peores enemigos
de los israelíes—para explicar un evento muy particular: el discurso de 2015
de Netanyahu y su contexto. Pero, ¿qué hay de otros eventos de similar o
mayor importancia? ¿Puede también explicarlos? Siendo más precisos, ¿es más
consistente con ellos este nuevo modelo que el anterior? De ello dependerá,
en una evaluación científica, que aceptemos (provisionalmente) el nuevo
modelo o bien lo rechacemos. Una
primera pregunta, muy obvia, es ¿qué pasó después? Es decir, luego del
tratado, ¿qué hicieron los iraníes?, y ¿cómo respondieron los
estadounidenses? Luego
de firmar lo que Obama llamó “El Acuerdo Histórico que Evitará que Irán Adquiera
un Arma Nuclear,” Irán inmediatamente
hizo pruebas con nuevos misiles—adornados con la frase “Israel debe ser
liquidado”—capaces de cargar ojivas nucleares (octubre de 2015). ¿Cuál fue la
reacción? Obama no opuso objeción, y entonces la ONU levantó las sanciones
antes impuestas sobre Irán (enero de 2016).[6] Hubo
algunos aspavientos en el Congreso estadounidense pues Obama había prometido
responder contra los ayatolás si desarrollaban misiles balísticos. Pero Obama
y sus asesores juntaron cabezas y en marzo presentaron una interpretación
bajo la cual el tratado niega al Consejo de Seguridad de la ONU cualquier
autorización para responder al desarrollo iraní de misiles balísticos. Si
fuera poco, en abril, luego de quejas iraníes, Obama anunció que eliminaría
también sanciones desvinculadas de la cuestión nuclear, abriendo a los
ayatolás el acceso indirecto al sistema financiero estadounidense.[7] Todo esto es consistente con lo
anunciado por Obama en su primera gestión, al tomar posesión. En un discurso dirigido a los
ayatolás, les dijo: “Quiero
hablar claramente con los líderes iraníes… Mi administración se compromete a la
diplomacia para atender todo el espectro de cuestiones que tenemos por
delante. …Este proceso no será impulsado por amenazas.”[8]
Es
verdad que Obama realmente no amenaza, pues cuando los ayatolás no cumplen,
no hay consecuencias. Todos
estos eventos, paradójicos bajo el modelo anterior, encajan muy bien con el
nuevo modelo. ¿Puede
salvarse todavía el modelo anterior? Limitándonos a esta evidencia, sí. Los
líderes estadounidenses, diríamos entonces, fueron por tradición los mejores
aliados de los israelíes y los peores enemigos de los iraníes, pero a partir
del Presidente Obama estas relaciones se han invertido. Ahora bien, si al evaluar el modelo
anterior en las etapas pre Obama
nos encontramos ahí también paradojas, habrá entonces, quizá, que recorrer
hacia atrás el inicio de una política exterior pro iraní y, por implicación,
anti-israelí. Lo
primero sería preguntar: en el vecindario de Irán, ¿cuál fue la política más
costosa del presidente anterior, George Bush Jr.? Sin duda, ésta sería la
invasión de Iraq. Según un estudio del National
Bureau of Economic Research (NBER), para enero de 2006 la invasión había
costado ya 630 mil millones de dólares.[10] Sobre
esta invasión, existe de hecho una opinión generalizada de que fue un gran
regalo para Irán. Así lo expresaba ya The
Guardian en el lejano 2006: “Irán es el verdadero
ganador de esa guerra. No tuvo más que sentarse quieto mientras que Estados Unidos le entregaba en
charola de plata toda la influencia que Irán siempre ha buscado en Oriente Medio. Estados Unidos y sus aliados pronto
se irán de Afganistán e Irak, dejando a los chiítas apoyados desde Irán dominantes en ambos países, y
su influencia bien repartida por décadas en adelante hasta Siria, un pedazo
de Arabia Saudita, y otros países. Irán
ha logrado sus ambiciones históricas sin disparar una bala, y EEUU se ha reducido a sacudir su
puño en el aire. ¡Qué tontería!”[11] El
periódico señala una paradoja, pues el modelo dominante no predice que los
líderes estadounidenses gastarán miles de millones de dólares para regalarle
a Irán “toda la influencia que Irán siempre ha buscado en Oriente Medio.”
Predice todo lo contrario. ¿Cómo explicar este resultado, entonces, sin
abandonar el modelo dominante? Lo
que pasa es que, en Washington, dice The
Guardian, son idiotas. ¿Es
una solución? Ahora estamos diciendo que la gente más poderosa del mundo,
cuyos vastos recursos incluyen un servicio diplomático de primera y la mejor
infraestructura de inteligencia, y totalmente volcados—para proteger su
imperio global—al estudio de la geopolítica, de todas formas no entienden
nada. Nueva paradoja. Y no
es la única. A la hora de invadir, los militares estadounidenses,
reportó el International Herald Tribune,
bombardearon a los disidentes iraníes, enemigos de los ayatolás, que tenían
sus bases en Iraq. Y luego persiguieron por tierra a los sobrevivientes.[12] Y
los ayatolás, como reportó el Financial
Times, se esforzaron mucho por asistir—política, material, y
militarmente—aquella invasión.[13] ¿Por qué? Porque, dijo el Financial Times, querían deshacerse de
Sadam Husein. Eso nadie lo duda. Pero, ¿preferían de vecino a su peor
enemigo, a la superpotencia mundial, al poderoso ‘Gran Satanás’? Más paradojas. Las
paradojas se esfuman si suponemos que Washington, desde la administración de
Bush Jr., era ya el mejor aliado de Teherán. Entonces, como los iraníes no
habían podido derrotar a Sadam Husein, su rival regional, los jefes
norteamericanos movieron viento y arena para eliminarlo. Y
luego se salieron, dejando a Iraq listo para ser absorbido como provincia
occidental de Irán. Cosa ya lograda, por cierto, pues a principios de este
año [CORRECCIÓN: a principios de 2015]
el Associated Press reportó que
oficiales iraníes habían tomado el control de los ejércitos iraquíes. Y eso,
como también menciona el artículo, con la aprobación de los generales
estadounidenses.[14] Nótese que Irán está
heredando toda la infraestructura militar que EEUU dejó en aquel país sobre
el terreno. Pero
si el comienzo de una política pro-iraní puede recorrerse hasta la
presidencia de George Bush Jr., es razonable preguntarse si no puede
recorrerse más. Bill Clinton y George Bush padre El
presidente anterior fue Bill Clinton. ¿Qué pasó ahí? ¿Cuáles fueron sus
políticas más costosas? Ésas serían dos: la política de contención de Iraq, y
su intervención militar en Yugoslavia, incluyendo el bombardeo de Serbia. La
contención de Iraq es una política que duró toda la presidencia de Bill
Clinton y fue luego continuada por George Bush Jr. hasta que decidió invadir.
Implicaba restringir los movimientos militares de Sadam Husein con los
famosos ‘no fly zones’ en las franjas norte y sur de su país, más un bloqueo
naval, inspecciones de desarme, y sanciones económicas. Según
el antes mencionado estudio
del National Bureau of Economic
Research, la política de contención fue todavía más costosa que la de
invasión. Los
principales beneficiarios de esa contención fueron los ayatolás, pues el Iraq
de Sadam Husein era el principal obstáculo a sus ambiciones regionales. Para
defender aquí el modelo dominante, habría que postular esto como un efecto
secundario y nunca la intención de
la política de contención. El problema es que la contención de Iraq comenzó, de
hecho, en la administración anterior de George Bush padre, y desde el
principio se contempló—explícitamente—como la manera de fortalecer a Irán. Luego
de tomar posesión, en 1988, Bush padre recibió un estudio del Departamento de
Estado que recomendaba “fortalecer a Irán y contener a Iraq,” estudio que se
incluyó en el ‘libro de transición’ del Departamento de Estado que prepara
todas las cuestiones pertinentes para el nuevo presidente. El autor del
estudio era Zalmay Khalilzad.[15]
En
1989 Khalilzad escribió un editorial en el Los Angeles Times detallando cómo el desenlace de la guerra
Irán-Iraq había dejado a los iraquíes militarmente más fuertes relativo a los
iraníes (45 divisiones contra 12). Esta asimetría era indeseable, dijo
Khalilzad, haciendo eco a su influyente recomendación interna de “fortalecer
a Irán y contener a Iraq.”[16] En
1990 Khalilzad fue nombrado Subsecretario de la Defensa y puesto a cargo de
la planeación de políticas del Pentágono. Acto seguido, EEUU, luego de
instigar a Kuwait a que provocara a Irak, le aseguró a Sadam Husein—a través
de la embajadora April Glaspie—que si Irak respondía militarmente los
estadounidenses “no tenemos opinión alguna sobre los conflictos entre árabes,
como su conflicto fronterizo con Kuwait.”[17] Cuando
Husein, viendo que había luz verde, invadió Kuwait, George Bush lanzó la
Guerra del Golfo—misma que devastó a Iraq—para después comenzar a
“contenerlo.” La
consecuencia, como lo había querido Khalilzad, fue fortalecer a Irán. Esta
política de contención de Iraq—diseñada para fortalecer a Irán—es la que Bill
Clinton siguió durante toda su gestión. Luego entonces, sobre esta evidencia,
podemos recorrer el comienzo de la política pro-iraní al inicio de la
presidencia de Bill Clinton. Pero como esta política fue en su inicio la de
Bush padre, podemos recorrer otro poco. Sin embargo,
esto está sobre determinado, y nos falta evaluar otra evidencia importante de
la gestión de Clinton. La
otra política muy costosa de Bill Clinton fue su intervención en Yugoslavia.
Esto incluyó el bombardeo de Serbia, muy vistoso, pero también otras
andadas—menos obvias y menos conocidas—para armar a los enemigos de los
serbios en Bosnia: Alija Izetbegovic y sus seguidores.
Resulta
que Izetbegovic había publicado en los 1970s un libro titulado Declaración Islámica donde expresa su
admiración por el régimen iraní de Ayatolá Khomeini y lo acompaña de un
llamado a la limpieza étnica de las poblaciones no musulmanas de Bosnia. Su
objetivo era crear en Europa un Estado islámico puro, bajo la ley sharía, en
imitación de Irán.[18] En
1983 el gobierno yugoslavo había condenado a Izetbegovic a 14 años de
prisión—luego reducidos a 5—por predicar guerra civil en Yugoslavia.[19]
Recién salido de prisión, en las elecciones de 1990, cuando compitió por la
presidencia de Bosnia, Izetbegovic republicó Declaración Islámica cual plataforma de campaña. Ésta fue una de las causas
precipitantes de las guerras civiles en Yugoslavia. En
aquel conflicto, la causa más célebre de la demonización internacional de los
serbios fue Srebrenica, donde se alega que los serbios cometieron una gran
masacre de musulmanes. Examinando la documentación—mucha de la cual apenas y
vio la luz del día en los medios—algunos investigadores, un servidor
incluido, hemos concluido que en Srebrenica lo que hubo fueron masacres de musulmanes contra serbios. En
esta controversia es importante la pesquisa, publicada en 2002, del
investigador Cees Wiebes, responsable de compilar un anexo al reporte oficial
holandés sobre estos eventos, para lo cual recibió acceso ilimitado a los
archivos de inteligencia holandeses.[20]
¿Por qué holandeses? Porque los cascos azules de la ONU con responsabilidad
de proteger la ciudad de Srebrenica eran soldados holandeses. Wiebes
documentó que las filas musulmanas en Bosnia desbordaban de terroristas
musulmanes yihadistas de otras partes del mundo, importados a Bosnia por
agencia de una operación conjunta del Pentágono estadounidense con los
ayatolás iraníes. Estas revelaciones causaron tal escándalo en el país bajo
que el gobierno holandés—implicado en estos eventos, pues había estado sobre
el terreno—renunció.[21]
Al margen de una multitud de ángulos y
matices dignos de mayor comentario (ver aquí),
nos atañe que los hechos son nuevamente consistentes con la hipótesis de una
estrecha alianza entre los jefes estadounidenses y los iraníes. Y esto justifica, al margen de la
evidencia ya considerada, la interpretación de que, desde el inicio de la
presidencia de Bill Clinton, Washington era ya el mejor aliado de Teherán. Pero,
como ya habíamos dicho, podemos de hecho recorrerla al inicio de George Bush
padre, cuya Guerra del Golfo y política de contención de Iraq, según las
afirmaciones de Zalmay Khalilzad, responsable de planearlas, tenían como
objeto fortalecer a Irán. Llegados
aquí, entonces, la pregunta obvia es si puede recorrerse la utilidad del
nuevo modelo para interpretar la gestión del Presidente Ronald Reagan, misma
que coincidió con la durísima Guerra Irán-Irak. Ésa
guerra la provocó Ayatolá Jomeini al enviar armas a los rebeldes kurdos en el
norte de Irak y a los rebeldes chiitas en el sur, lo cual tuvo su
consecuencia predecible: Sadam Husein envió tropas contra Irán. Pero
Jomeini no tenía con qué pelear, pues luego de los tiroteos de la revolución
iraní faltaban municiones y repuestos para su infraestructura militar. ¿Quién
sí los tenía? El mismo ‘Gran Satanás,’ objeto de las diatribas emotivas y
públicas de Jomeini, pues el arsenal de Jomeini, heredado del depuesto Shah,
aliado y cliente de Washington, era de fabricación estadounidense. Como
explicó el New York Times, “Irán
por aquellas épocas estaba penosamente necesitado de armas y repuestos para
su arsenal de fabricación estadounidense.”[22] Pero
si ‘Gran Satanás’—su peor enemigo—era quien debía proveer a Jomeini de
municiones y partes, ¿por qué—lanzando siempre insultos contra Estados
Unidos—provocó una guerra con Irak, cuya infraestructura militar era vasta?
Paradoja—otra—. El
nuevo modelo desvanece la paradoja. Haciendo a un lado—como siempre—las
declaraciones públicas de amistad o enemistad, si suponemos que Reagan era
aliado de Jomeini, entonces Jomeini contaba con obtener envíos de armas para
pelear con Irak. Esos
envíos—de hecho—no tardaron.
El
así llamado ‘Irán-Contra’ fue el mayor escándalo de la presidencia de Reagan.
Al tiempo que Reagan denunciaba en público al régimen iraní, la CIA enviaba miles
de millones de dólares en armamento a los ayatolás. Cuando esto fue
destapado, Reagan explicó a su pueblo asombrado que él no había tenido cosa
alguna que ver, pero los responsables, en todo caso, habían actuado de buena
fe. ¿Cómo
así? En
Líbano, dijo, la organización terrorista Hezbolá había tomado de rehenes a un
puñado de ciudadanos estadounidenses; entonces, como Hezbolá es una creación
de la Guardia Revolucionaria iraní, habían enviado miles de millones en
armamento clandestino a los ayatolás esperando que ellos influyeran sobre
Hezbolá para obtener la liberación de estos rehenes. Esta
explicación se antoja absurda. Pero como demostró una investigación del
Congreso realizada 10 años después, ni siquiera es admisible en principio.
¿Por qué? Porque las transferencias de armas a Irán comenzaron en 1981, pero Hezbolá no tomó a su
primer rehén sino hasta 1982. De
manera que no se hicieron aquellas transferencias para liberar rehenes.[23] ¿Qué queda? Nuevamente el patrón de alianza—una alianza
dramática—entre la dirigencia norteamericana y los ayatolás iraníes. Podemos
entonces recorrer el comienzo de esa alianza, sobre esta evidencia, hasta el
inicio de la presidencia de Ronald Reagan, inaugurado en el año de 1981,
cuando comenzaron esas transferencias de armas. Ya
solo queda un presidente: Jimmy Carter. Pues fue durante su gestión, en 1979,
que triunfó la revolución teocrática islamista de Ayatolá Jomeini, iniciando
el régimen terrorista que hasta hoy día gobierna a Irán. Algo
muy interesante, aquí, es que además de crear la infraestructura militar del
Shah de Irán, Estados Unidos había construido su operación de inteligencia y
policía política: SAVAK. De hecho, SAVAK se consideraba una sucursal de la
CIA, y así la denunciaba Jomeini cuando estaba en la oposición: como
herramienta de ‘Gran Satanás.’ Bajo el modelo dominante, consistente con las
expresiones públicas de enemistad, la predicción era que Jomeini, luego de
tomar el poder, se desharía de SAVAK. Pero
sucedió lo contrario. Jomeini
bautizó con el nombre de SAVAMA a su aparato de espionaje y represión
interno, y puso a Hossein Fardust, amigo íntimo del Shah y anteriormente
segundo de a bordo en SAVAK, a dirigirlo. Y no solo eso. Prácticamente todo
el personal de SAVAK se quedó para formar SAVAMA. Así
lo denunciaba a medios, luego del golpe islamista, Ali Tabatabai—agregado de
prensa de la embajada del Shah en Washington. “¡Son los mismos!”, decía a
voces, poco antes de recibir un tiro en su casa en Maryland.[24] ¿Otra
paradoja? Pero igualmente se desvanece si suponemos que el golpe islamista en
Irán era desde el principio una política estadounidense, coordinada, muy
probablemente, con la ayuda de los operativos del propio SAVAK—es decir, de
la CIA—. Esa
hipótesis recibe apoyo adicional cuando se considera la creación, por parte
de Jimmy Carter, del Rapid Deployment Joint Task Force (RDJTF), que pronto se
convertiría en el US Central Command, o CENTCOM. Ésta es una inversión
gigantesca—muy costosa—. El objetivo de CENTCOM es proteger, con despliegue
militar, los intereses de los gobernantes estadounidenses en un ‘área de
responsabilidad’ que incluye a los países de Oriente Medio, África Norte, y
Asia Central.
El New York Times explica que “los
orígenes de Central Command se remontan al año de 1979, cuando el Shah de
Irán fue depuesto y su país se agitó mucho a consecuencia de la revolución
islámica… Para
facultar militarmente la política del Presidente [Carter] en el Golfo
[Pérsico], [en 1980] se creó un comando llamado Rapid Deployment Joint Task
Force, que sería el precursor de CENTCOM. A Paul X.
Kelley…, [su] primer comandante…, se le pidió que elaborara planes para defender a Irán contra una invasión
soviética…”[25] Tenemos,
entonces, que desde el momento en que inicia el régimen de Ayatolá Jomeini,
Washington se convertía en su protector. Esto es interesante porque todo
mundo reconoce que el Shah de Irán, el gobernante anterior, era aliado de
Estados Unidos, pero CENTCOM no fue creado para proteger al Shah sino al
régimen teocrático y terrorista de Jomeini. El
apoyo al régimen iraní de Ayatolá Jomeini, luego entonces, empezó con Ayatolá Jomeini, durante la
presidencia de Jimmy Carter.
En
resumen, los jefes en Washington no han sido erráticos sino harto
consistentes en su apoyo a Irán. De Carter a Obama, Demócratas y
Republicanos, todos han seguido una política pro iraní. Pero
hemos dejado un poco atrás la cuestión de Israel. Si suponemos que los jefes
en Washington serán, además de consistentes, racionales y lógicos, son malas
noticias para Israel, pues los ayatolás, tan favorecidos por las políticas
estadounidenses, prometen en voz alta la destrucción del Estado judío. Preguntemos,
entonces: Al margen del tratado nuclear con Irán, ¿cuál ha sido la política
más importante de los líderes estadounidenses hacia Israel? Ésa
sin duda es la conocida como ‘Proceso de Paz,’ también llamada ‘Proceso de
Oslo’ por la ciudad donde fue negociado el acuerdo que encaminó la así
llamada ‘Solución de Dos Estados,’ uno israelí, y uno palestino sobre los
territorios de Judea y Samaria (o ‘Cisjordania’). Aunque los Acuerdos de Oslo
se firmaran en 1993-94, desde Jimmy Carter todos los presidentes
estadounidenses han empujado en esta dirección, con amenazas contra los
israelíes siempre que parezca necesario.[26] Evaluemos
entonces el contexto. Primero. Estos son territorios que Israel
adquirió en 1967, luego de vencer a una coalición musulmana cuyo objetivo
anunciado—según su principal instigador, Gamal Abdel Naser de Egipto—había
sido la destrucción de Israel.[27] Segundo. Asentado el polvo, el Pentágono
elaboró un estudio secreto—ahora desclasificado—sobre la seguridad israelí,
según cual, sin los territorios de Judea y Samaria, Israel no puede
sobrevivir al mundo musulmán empecinado en su destrucción.[28]
Tercero. La organización beneficiaria de los
servicios de los presidentes, y presunto gobierno de cualquier Estado
palestino, es OLP/Fatah, de Yasser Arafat
y Mahmud Abbas, ahora mejor conocida como la ‘Autoridad Palestina.’ Cuarto. OLP/Fatah, en 1974, elaboró un documento, llamado el ‘Plan de Fases,’
según cual prometerían paz para entrar en negociaciones y poder luego
utilizar cualquier territorio adquirido para destruir a Israel.[29] Quinto. Aunque ahora pocos lo recuerdan, el New York Times lo explicó en primera
plana en 1979: OLP/Fatah armó y
entrenó a las guerrillas de Ayatolá Jomeini que pelearon la revolución
islámica de 1979. Luego, OLP/Fatah
asistió con la creación de SAVAMA (la infraestructura de inteligencia de
Jomeini) y de la Guardia Revolucionaria. Juntos, Arafat y Jomeini prometieron
destruir a Israel.[30]
Sexto. La relación entre OLP/Fatah e Irán continúa siendo muy
cercana. Por citar tan solo una evidencia, en vísperas de firmarse el acuerdo
nuclear entre EEUU e Irán, la oficina de prensa oficial iraní anunció, en
agosto del año pasado, que OLP/Fatah
e Irán habían firmado un acuerdo de “cooperación total.”[31] Luego
entonces, Estados Unidos ha insistido en darle Judea y Samaria—territorios
indispensables para la seguridad israelí—a Irán, al Estado cuya razón de ser
es la destrucción del Estado judío. Me
parece justo concluir que la política de los presidentes estadounidenses ha
sido radicalmente pro iraní y, por consecuencia, radicalmente antiisraelí. Y
en base con esto creo que debemos cambiar nuestro modelo de las relaciones
internacionales. Si
queremos predecir lo que va a suceder en los siguientes meses y en los
siguientes años—en vez de quedar totalmente pasmados, atónitos, y
sorprendidos por cada cosa que sucede en las noticias—pues entonces
necesitamos un modelo que sí empate con los eventos de los últimos casi 40
años y no insistir en un modelo que genera solamente paradojas cuando hacemos
el repaso de esos eventos de los últimos casi 40 años. Muchísimas
gracias por su atención.
Pies de página y lecturas adicionales [1] Quine, W. V. 1976[1966]. The Ways of Paradox and Other Essays:
Revised and Enlarged Edition. Cambridge, MA: Harvard University Press.
(p.1) [2] Complete Transcript of Netanyahu’s
address to Congress. Washington Post.
3 March 2015. [3]
Para evaluar las afirmaciones de Netanyahu sobre el tratado nuclear,
es preciso leer y analizar el texto del tratado. El siguiente artículo analiza el
contenido del tratado, y provee las ligas para que los interesados puedan
directamente leer el texto del mismo. “A
Bad Deal”; Times of Israel; August
2, 2015; by Nevet Basker. [4] Los líderes
iraníes, con harta consistencia, han clamado y prometido por años la
destrucción de Israel, desde que Ayatolá Jomeini insistió que “[Israel] debe
ser borrado de la página del tiempo.” Su intención es claramente genocida. Aquí siguen algunos
ejemplos, y luego la liga a una fuente que documenta muchas incitaciones
adicionales de los líderes iraníes. EJEMPLO 1 “the Iranian President [called] for
Israel to be ‘wiped off the map’...” This
is a reference to a statement made by Mahmoud Ahmadinejad, at the time
President of Iran. SOURCE:
BLAIR CONSIDERS UN SANCTIONS AS HE SPEAKS OF 'REVULSION' AT IRANIAN
PRESIDENT'S SPEECH, The Independent (London), October 28, 2005, Friday, Final
Edition; NEWS; Pg. 5, 745 words, BY ANNE PENKETH AND COLIN BROWN EJEMPLO 2: “One of Iran’s most influential ruling
cleric [sic] called Friday on the Muslim states to use nuclear weapon against
Israel, assuring them that while such an attack would annihilate Israel,
it would cost them ‘damages only’. ‘If a
day comes when the world of Islam is duly equipped with the arms Israel has
in possession, the strategy of colonialism would face a stalemate because application of an atomic bomb would not
leave any thing in Israel but the same thing would just produce damages in
the Muslim world,’ Ayatollah Ali Akbar Hashemi-Rafsanjani told the crowd
at the traditional Friday prayers in Tehran. Analysts
said not only Mr. Hashemi-Rafsanjani’s speech was the strongest against
Israel, but also this is the first time that a prominent leader of the
Islamic Republic openly suggests the use of nuclear weapon against the Jewish
State.” We
point out that Hashemi Rafsanjani is not merely “one of Iran’s most
influential ruling cleric[s],” but the very father of the Iranian nuclear
program. SOURCE:
“RAFSANJANI SAYS MUSLIMS SHOULD USE NUCLEAR WEAPON AGAINST ISRAEL”; Iran
Press Service; 14 December 2001
“Israel… has no cure but to be
annihilated.” This
is a message that Iranian ‘supreme leader’ (it’s an official title) Ayatollah
Ali Khamenei sent on his Twitter account in November 2014. SOURCE:
“IRAN’S KHAMENEI: NO CURE FOR BARBARIC ISRAEL BUT ANNIHILATION; Slate; 9 November 2014; by Daniel
Politi THE LONG LIST If
you have the stomach for it, and would like to consult a longer list of
documented incitements to genocide against the Israeli Jews, you may do so in
the following sources: http://jcpa.org/article/20-threats-iranian-leaders-made-in-2013/ http://jcpa.org/wp-content/uploads/2012/05/IransIntent2012b.pdf [5] Schmitt, B. E. (1936). Review: American Neutrality, 1914-1917. The Journal of Modern History, 8(2), 200-211. (p.203) [6]
Detallamos y documentamos toda esta secuencia de eventos en el siguiente
artículo: “Introduction: The Iran Deal: What does it teach us?”; from
PSYCHOLOGICAL WARFARE & POLITICAL GRAMMAR; Historical and Investigative
Research; 31 August 2016; by Francisco Gil-White [7] Detallamos y
documentamos toda esta secuencia de eventos en el siguiente artículo: “Introduction: The Iran Deal: What does it teach us?”; from
PSYCHOLOGICAL WARFARE & POLITICAL GRAMMAR; Historical and Investigative
Research; 31 August 2016; by Francisco Gil-White [8] https://www.youtube.com/watch?v=HY_utC-hrjI [10]
“War in Iraq versus Containment”; Prepared for the CESifo Conference
on “Guns and Butter: The Economic Causes and Consequences of Conflict,” held
in Munich, Germany on December 9 and 10, 2005; by Steven J. Davis, Kevin M.
Murphy, and Robert H. Topel. (All are scholars at the University of Chicago
School of Business and the National Bureau of Economic Research.) [11] Comment & Debate: No more fantasy
diplomacy: cut a deal with the mullahs: Iran cannot be prevented from
developing nuclear weapons, only delayed. We must negotiate not ratchet up
the rhetoric, The Guardian (London) - Final Edition, February 7, 2006
Tuesday, GUARDIAN COMMENT AND DEBATE PAGES ; Pg. 31, 1095 words, Polly
Toynbee [12] “U.S. Bombed Bases of Iranian Rebels
in Iraq”; International Herald Tribune | New York Times; Thursday 17 April
2003; by Douglas Jehl [13] “War Sirens Herald Iran's Hour of Revenge”; Financial
Times; March 24, 2003, Monday Usa Edition 1; Section: Comment & Analysis;
Pg. 17; Headline: War Sirens Herald Iran's Hour Of Revenge; By Khairallah
Khairallah [14] “De dos a tres aviones militares
aterrizan a diario en el aeropuerto de Bagdad, trayendo armas y municiones. La fuerza militar más potente de Irán,
y la mejor conocida—la Fuerza Quds de élite de la Guardia Revolucionaria, con
su comandante el General Ghasem Soleimani—están organizando a las fuerzas
iraquíes y se han convertido en los líderes de facto de las milicias chiitas iraquíes que son la columna
vertebral de la pelea [contra ISIS]. Irán ha llevado a cabo bombardeos aéreos
para ayudar a sacar a los militantes que están en la provincia iraquí sobre
su frontera.” FUENTE:
Iran Has Never Been More Influential In Iraq”; Associated Press; 12 January 2015; by Hamza Hendawi Qassim
Abdul-zahra. “Interrogado
[por los reporteros] sobre las operaciones militares de Irán en Irak,” el
Army General Martin Dempsey—nada menos que el presidente del Joint Chiefs of Staff—expresó: “ ‘Creo
que la influencia iraní será positiva,’ ” y celebró que “ ‘los dos países
[caminen] más unidos económica y hasta políticamente…’ ” FUENTE:
“Dempsey: US eyes new ways to aid Iraq forces”; Daily Mail; 8 January 2015; by Associated Press [15] “El Sr. Bush y sus consejeros fueron urgidos a
repensar la política en el Golfo Pérsico desde el momento en que tomaron
posesión. Poco después de
que el Sr. Bush ganara la presidencia en noviembre de 1988, un estratega del
Departamento de Estado elaboró un borrador para el presidente electo urgiendo
que Estados Unidos adoptara un enfoque nuevo hacia la región. El
Sr. [Zalmay] Khalilzad aconsejó en ese documento que la nueva política
estadounidense debiera concentrarse en fortalecer a Irán y contener a Irak.
El documento se incluyó en el ‘libro de transición’ oficial del Staff de
Planeación del Departamento de Estado donde se revisaban todas las cuestiones
de política exterior que el nuevo presidente pronto habría de confrontar.” FUENTE:
THE 1992 CAMPAIGN; Bush’s Greatest Glory Fades As Questions on Iraq Persist, The New York Times, June 27, 1992,
Saturday, Late Edition - Final, George Bush, Section 1; Page 1; Column 5;
Foreign Desk, 2554 words, By ELAINE SCIOLINO with MICHAEL WINES, Special to
The New York Times, WASHINGTON, June 26 [16]
“Iran Future As A Pawn Or A Gulf
Power”; Byline: Zalmay Khalilzad; Los Angeles Times July 16, 1989, Sunday,
Home Edition Section: Opinion; Part 5; Page 2; Column 4; Opinion Desk [17] Para ver la documentación sobre cómo Estados Unidos
instigó que Kuwait provocara a Irak, ver la sección titulada “The US ordered Kuwait to provoke
Irak” en el siguiente artículo: “Why
Bush Sr.'s 1991 Gulf War? To Protect Iranian Islamism: Like father, like son:
this is also the purpose of Bush Jr.'s war.” Historical and Investigative Research; 20 Dec 2005; by Francisco
Gil-White Para
ver la documentación sobre el intercambio entre la embajadora April Glaspie y
Saddam Hussein—mismos que fueron objeto de enorme controversia en Estados
Unidos luego de ser publicados por el gobierno iraquí—ver: “CONFRONTATION IN THE GULF; Excerpts From Iraqi
Document on Meeting With U.S. Envoy”; The
New York Times; 23 September 1990. [18] La traducción
al francés, misma que analizo aquí,
es la que yo originalmente consulté: Izetbegovic,
Alija. 1999 [1980]. Le manifeste
Islamique (original title: Islamska
deklaracija). Beyrouth-Liban:
Éditions Al-Bouraq. (pp.
75-76; 81-82; 105; 118; 132) La
traducción al inglés puede leerse en línea aquí: [19] “...La corte
determinó que los acusados eran culpables porque, sostuvo, su actividad había
sido dirigida contra la hermandad y la unidad, y la igualdad de las naciones
y nacionalidad con miras a destruir Bosnia-Hercegovina como república
socialista y por ende a socavar el orden social de la RFSY [Republica Federal
Socialista de Yugoslavia]. Por el acto criminal de asociación para
sufragar actividad enemiga y contra revolucionaria que amenaza el orden
social Alija (Mustafa) Izetbegovic fue condenado a 14 años’…” FUENTE: Copyright 1983 The British Broadcasting Corporation, Bbc Summary Of World Broadcasts, August 22, 1983, Monday,
Part 2 Eastern Europe; B. Internal Affairs; Yugoslavia; Ee/7418/B/1;
, 372 Words, Muslim Nationalists Convicted, (A) Yuqoslav
News Agency 1555 Gmt 12 Aug 83 Text Of Report
Belgrade Home Service 1700 Gmt 20 Aug 83 [20] Wiebes, C. (2003). Intelligence and the war in Bosnia
1992-1995: The role of the intelligence and security. Amsterdam:
Netherlands Institute for War Documentation. [21]
Dutch Report: Us Sponsored Foreign Islamists In Bosnia";
By Richard J Aldrich; The Guardian (LONDON); Monday April 22, 2002 To read the Guardian article, go to “Dutch
Report: Us Sponsored Foreign Islamists In Bosnia”: [22] The New York Times, December 8, 1991, The Iran Pipeline: A Hidden Chapter/A special report.; U.S. Said to Have Allowed Israel to Sell Arms to Iran, By Seymour Hersh [23] Las transferencias de armas de Estados Unidos a
Irán, explicó el New York Times,
empezaron “en 1981,” es decir, “antes de
que iniciara la toma de rehenes en Líbano, apoyada desde Irán, en 1982…” (énfasis mío). Asombrosamente, en vez
de poner la hipótesis obvia sobre la mesa—que EEUU buscaba, ya desde
entonces, fortalecer a Irán—el New York
Times se agachó: “No pudo establecerse una lógica estadounidense para
permitir ventas secretas de armas a Irán.” Las armas fueron enviadas… ¿porque
sí? FUENTE:
The Iran Pipeline: A Hidden Chapter/A special report.; U.S. Said to Have
Allowed Israel to Sell Arms to Iran, The New York Times, December 8, 1991,
Sunday, Late Edition - Final, Section 1; Part 1; Page 1; Column 1; Foreign
Desk, 2897 words, By SEYMOUR M. HERSH, Special to The New York Times,
WASHINGTON, Dec. 7 [24]
“If the Ayatollah Khomeini was
an enemy of the United States ruling elite, why did he adopt the CIA's
security service?”; Historical and
Investigative Research; 23 February 2006; by Francisco Gil-White [25]
The New York Times, July
22, 1988, Friday, Late City Final Edition, Section A; Page 9, Column 1;
National Desk, 1220 words, WASHINGTON TALK: THE MILITARY; Now
Chiefs Fight for Command Nobody Wanted, By BERNARD E. TRAINOR, Special
to the New York Times, WASHINGTON, July 21 [26]
“US foreign policy in the
Arab-Israeli conflict”; from PSYCHOLOGICAL WARFARE AND POLITICAL GRAMMAR; Historical and Investigative Research;
May 2016; [27] Howard Sachar, A History of Israel: From the Rise of Zionism to Our Time (New
York, Alfred A. Knopf, 1979) p. 616 [28]
PENTAGON STUDY: è Este documento del Pentágono fue al
parecer desclasificado en 1979 pero no fue publicado hasta 1984. Lo publicó
el Journal of Palestine Studies: “Memorandum
for the Secretary of Defense”; Journal of Palestine Studies, Vol. 13, No. 2.
(Winter, 1984), pp. 122-126.< This
file is especially useful because it shows a map with the "minimum
territory needed by Israel for defensive purposes" è
También
fue publicado en éste: Netanyahu, B. 2000. A durable peace: Israel and its place among the nations, 2 edition. New York: Warner Books. (APPENDIX: The Pentagon Plan, June 29, 1967; pp.433-437) [29] “Poco después de firmar la Declaración de Principios
y el famoso estrechón de manos entre [Yasser] Arafat [líder de OLP/Fatah] y Yitzhak Rabin [primer
ministro israelí] en el jardín de la Casa Blanca, Arafat ya le declaraba a
sus seguidores palestinos por la televisión jordana que [el Acuerdo de] Oslo
debía entenderse en términos de la decisión de 1974 de el Consejo Nacional
Palestino [el gobierno oficial de la OLP]. Esto era en referencia al así llamado Plan de Fases, según
cual la Organización para la Liberación de Palestina [OLP] adquiriría
cualquier territorio que pudiera mediante negociaciones para luego utilizar
ese predio como la base para perseguir su meta última de aniquilar a Israel. FUENTE:
Levin, K. 2005. The Oslo syndrome: Delusions of a people under siege.
Hanover, NH: Smith and Kraus. (p.ix) [30]
“PLO/Fatah
and Iran: The Special Relationship”; Historical and
Investigative Research;
25 May 2010 [revised and improved, 8 September 2010]; by Francisco Gil-White [31] PLO figure: Iran, Palestine in deal
for all-out cooperation”; IRNA; 11 August 2015. |
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