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¿Dónde está el genocidio? ¿Tiene sentido
acusar a Israel de cometer genocidio en Gaza? Historical and Investigative Research; publicado originalmente en Milenio; 11 Agosto 2014;
por Francisco Gil-White En el
contexto de las recientes operaciones de las Fuerzas de Defensa Israelíes en
Gaza, algunos han acusado a Israel de cometer ‘genocidio.’ Por ejemplo, los
mandatarios de Turquía, Cuba, y Uruguay. Y no están solos. ¿Les
regalamos un diccionario? El de la Real Academia Española dice así: Genocidio: Exterminio o eliminación sistemática
de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o
de nacionalidad. ‘Genocidio’
no quiere decir un número cualquiera de muertos por la razón que sea; la
definición identifica escala e intención. La escala es la más grande: exterminio; la intención la más
reprobable: racismo. Se busca eliminar
a toda la población por quienes son. Entonces,
para saber si aplica aquí una acusación de ‘genocidio’ preguntamos: 1)
¿Acaso
las bajas en Gaza aproximan un exterminio? 2)
¿Acaso
las fuerzas armadas israelíes delatan una intención racista? La
primera se contesta fácil: de ninguna
manera. El
Ministerio de Salud de Gaza reporta 1,800 muertes[1], mientras que según el CIA World Factbook hay 1.82 millones
de personas en Gaza.[2] Aun fiándonos, pues, de la fuente más
tentada a inflar el número de
muertes árabes, éstas representan un décimo del uno por ciento de la
población de Gaza. Sí es
una tragedia. No es—ni de muy lejos—un genocidio. ¿Qué
hay de las intenciones? Si bien la escala no es de exterminio, ¿pudiera la
evidencia sugerir que el ejército israelí persigue aquel objetivo? Observo,
primero, que para quien busca matar a todos los integrantes de una población
simplemente por quienes son, ahí no
hace falta provocación. Tampoco se hacen distinciones entre combatientes y
civiles. El
ejemplo clásico es el Holocausto. Los judíos europeos no habían disparado la
primera bala, ni tampoco representaban amenaza militar alguna—ni siquiera
pudieron estorbar mucho la matanza, tan indefensos estaban—. Los Nazis no
hicieron distinciones y buscaron concentrar y asesinar al mayor número
posible—hombres, mujeres, y niños—porque su intención era, precisamente,
genocida. ¿Puede
entreverse una política semejante en las operaciones de Israel en Gaza? Todo
lo contrario. En
primer lugar aquí sí hubo provocación. El gobierno de Gaza es Hamas, y
terroristas de Hamas secuestraron y asesinaron a tres niños israelíes.
Después los mismos terroristas lanzaron una lluvia de misiles y morteros
contra la población civil israelí. Cuando comenzaron las operaciones
israelíes, se descubrió una red tentacular de túneles subterráneos diseñados
para atacar a la población civil israelí—nueva provocación que implica además
la imperativa de destruir esos túneles—. Algunos
querrán decir quizá (y se escucha mucho) que todo esto es la resistencia de los árabes a la
opresión que sufren a manos de los israelíes—es una forma (permanente) de
insistir que si los árabes atacan es porque los israelíes pegaron primero—. Se
les olvida que Israel desalojó Gaza en 2005. Israel no gobierna Gaza. La oportunidad de oprimir a los árabes de Gaza la
tienen sus gobernantes: los terroristas de Hamas, cuyo Estado policial
asesina a cualquier inconforme. Israel lo que hace es subsidiar a Gaza, pero
Hamas se encarga de que mucha de esa ayuda no llegue a la gente (los túneles
subterráneos de los terroristas, por ejemplo, fueron construidos con materiales
que Israel regaló para escuelas,
hospitales, etc.).[3] Luego
están la doctrina y las tácticas de combate. Los
medios han reportado sobre cómo los israelíes tiran volantes y envían
mensajes telefónicos y de texto para notificar a la población civil de Gaza antes de que empiece un ataque, para
que puedan refugiarse a tiempo. Esto avisa por igual a los terroristas,
eliminando el elemento sorpresa, lo cual impone un costo importante sobre el
esfuerzo bélico israelí. Es decir, cuesta
vidas israelíes. Lo que se gana es la posibilidad de distinguir entre
terroristas e inocentes en Gaza, buscando evitar que los últimos mueran. Lo
anterior es totalmente inconsistente con una intención genocida. Esto lo
reconoce, de hecho, el manual de combate de Hamas, recién publicado en
internet por las FDI: “Los soldados y oficiales (de las Fuerzas de Defensa
Israelíes) deben limitar el uso de armas y tácticas que puedan causar daños y
pérdidas innecesarias de gente y [destrucción de] inmuebles civiles. Es
difícil para ellos aprovechar al máximo sus armas de fuego, especialmente las
de apoyo [e.g. artillería].”[4] El
manual explica además que la doctrina israelí de proteger civiles impone
desventajas militares porque los israelíes tendrán problemas abriendo fuego, y
buscarán controlar a la población civil y atenderla con ayuda médica. Estas
desventajas son aprovechables para los terroristas. Sobre
“La destrucción de las casas de civiles,” el manual de Hamas dice: “Esto incrementa el odio de los ciudadanos contra los
atacantes [de las FDI] y facilita que se reúnan [en apoyo] alrededor de los
defensores de la ciudad (las fuerzas de resistencia [i.e. Hamas]).” Hamas obviamente
se complace con bajas civiles de su propio lado, pues busca sacarles ventaja
para la guerra psicológica y propagandística. Que a nadie sorprenda,
entonces, lo que han reportado los militares israelíes: que Hamas posiciona
sus baterías de misiles junto a escuelas y hospitales para maximizar bajas
civiles de su lado (y luego culpar a Israel de ‘genocidio’). Lo anterior
es totalmente consistente con la tradición de Hamas. Como todos sabemos, los
terroristas de Hamas ajustan cinturones de bombas a sus niños y los envían a
volarse en los mercados israelíes. No son famosos por proteger a sus civiles
sino por destruirlos. No hay
problema, entonces, identificando a los responsables de bajas civiles en
Gaza: son los terroristas de Hamas. Tampoco
hay problema identificando al bando genocida. Las constituciones de Hamas y
de su organización madre, la Hermandad Musulmana, explican su objetivo: el
exterminio del pueblo judío israelí.[5] ¿Lo
están cometiendo? No. Todavía no pueden. Falta la escala. Pero la intención
ya está. [Para ver la documentación que avala las afirmaciones
de este artículo, visitar: www.hirhome.com/israel/genocidio_palestino.htm] Francisco Gil-White es antropólogo e historiador
especializado en los temas del racismo y del conflicto étnico. Es catedrático
del ITAM donde enseña ‘Comportamiento Organizacional’ y ‘La Historia Política
de Occidente y el Antisemitismo.’ Dirige la Fundación para el Análisis del
Conflicto, Étnico y Social (FACES). Los primeros tomos de su obra El Colapso de Occidente: El Siguiente
Holocausto y sus Consecuencias, están a la venta en Amazon: http://www.hirhome.com/colapso/colapso.htm Notas al pie [1] “Why are so many civilians dying in Hamas-Israel
war?”; By Ashley Fantz, CNN; Wed August 6, 2014 [2] https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/gz.html [3] https://www.youtube.com/watch?v=1G5Nkk3dyxU [4] “Captured Hamas Combat
Manual Explains Benefits of Human Shields”; ISRAEL DEFENSE FORCES BLOG; August
4, 2014. [5]
La constitución de Hamas explica: “Artículo 2: El Movimiento de Resistencia Islámica es una de las alas
de la Hermandad Musulmana en Palestina... (…) Artículo 13: Las iniciativas y las así llamadas soluciones pacíficas
y las conferencias internacionales son una contradicción a los principios del
Movimiento de Resistencia Islámica... No hay solución para la cuestión palestina excepto a
través de la yihad.” El
significado de “yihad” es el exterminio de los no musulmanes. Vease: “The religion
of peace? What, exactly, is ‘moderate Islam’?”; Historical and Investigative Research; 10 January 2007; by
Francisco Gil-White |
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