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¡Pido aviso de
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Imagina. Jovencitas musulmanas
emancipadas. Adultas también. Armadas. Entrenando en el monte. Gateando entre
piedras. Peleando puerta con puerta. Peleando aliadas con hombres solidarios,
democráticos, e igualitarios—y musulmanes—. Peleando por sus derechos y
libertades. Forzando la retirada de ISIS. ¡Haciéndolos correr! Liberando a
los pueblos sirios, ciudad por ciudad.
Reuniendo a los sirios, musulmanes y no, bajo su estandarte: libertad y democracia. Inspirando a
muchos occidentales a ir a pelear con ellos contra las fuerzas del mal. ¡Bonita novela de fantasía!, me
dices. ¿Dónde la puedo comprar? ¿Quién es el autor? Ningún novelista, empero, se ha
adelantado a imaginar estos asombros. Son
realidad y no ficción en el norte de Siria. Es la historia de la
Revolución Rojava, quizá el movimiento más democrático, y de mayor igualdad
de género, en el mundo entero. Y liderado por los kurdos de Siria, ¡casi
todos musulmanes! Es anómalo. Como dice siempre a sus
empleados el ficticio Dr. House—imaginado como Sherlock Holmes en el
hospital—las anomalías delatan pistas importantes; luego, para entender un
sistema, hay que ponerles atención. Atesorarlas. Es una razón (de entre
muchas) para atesorar la Revolución Rojava del norte de Siria. Si queremos entender el sistema
geopolítico mundial, y en particular la política exterior estadounidense—y
más ampliamente occidental—en Siria y Oriente Medio, conviene estudiar la
Revolución Rojava. Pues la política occidental hacia este movimiento, y hacia
su archienemigo, ISIS, promete educarnos sobre la ideología, intenciones, y
metas de las élites de poder occidentales. Tenemos aquí, por ende, un
experimento natural interesante y útil que nos ayuda a distinguir entre
distintas teorías geopolíticas. Para apreciar debidamente la
Revolución Rojava, hemos de comenzar con su contexto local. O sea, ISIS. Luego de que ISIS pareciera
jactarse de otro gran ataque terrorista, esta vez en Bruselas (22 marzo de
2016), fui entrevistado en Milenio TV (México). Me preguntaron si acaso el
ataque en Bélgica implicaría que la lucha contra el terrorismo fracasa y que
ISIS gana la guerra. Como sucede con tantas preguntas que me hacen, no pude
contestarla, pues tuve que disputar la premisa. El ataque en Bélgica,
contesté, nos justifica una pregunta distinta: ¿Acaso los poderes occidentales realmente combaten a ISIS? La pregunta se vale, en
particular si consideramos que ISIS fue una consecuencia directa de las
políticas estadounidenses (y secundariamente británicas y francesas). Como
documentamos en un artículo HIR anterior, ISIS emergió
del sistema de prisiones militares estadounidenses en Irak, donde una
convivencia de criminales permitió a los baazistas (fascistas originalmente seculares)
adquirir radicalismo yihadista, y a los radicales yihadistas dotes
organizativas baazistas. Resultado: Al Qaeda en Iraq, que pronto sería ISIS. ¿Acaso quería este resultado la
élite de poder estadounidense? Preguntar esto—se supone—es
absurdo. ¡Claro que no! Pero anteriores detenidos de aquellas prisiones
(algunos de ellos desertores de Al Qaeda en Iraq), testificaron
asombrados que las autoridades estadounidenses a cargo de aquel
sistema de prisiones permitían la convivencia de iraquíes seculares y
yihadistas, y toleraban que un régimen yihadista dominara la vida social de
la prisión, forzando a todo recién llegado a sumarse a su ideología.
Abarrotándose, las prisiones se convirtieron en escuelas islamistas de
terror—el mismo responsable, el General Mayor Douglas Stone, lo llamó
“universidad yihadista”—. Luego de 5 años—una
licenciatura—la “universidad yihadista” fue cerrada y sus graduados soltados.
Corriendo libres, los criminales de ISIS causaron una guerra civil en Irak
que luego se extendió a Siria. Afirmando haber descubierto
‘demócratas’ entre los ‘rebeldes sirios,’ EEUU anunció que buscaría un cambio
de régimen. Pero de acuerdo a un documento clave de la inteligencia militar,
ahora público, el Pentágono sabía que los ‘rebeldes’ sirios eran una
combinación de ISIS y agentes de otros poderes yihadistas. Empero, a los ‘rebeldes’
cobijados bajo el ala colectiva de EEUU, Gran Bretaña, y Francia—el Syrian National Council (SNC) y el
Ejército Libre Sirio (ELS)—al parecer les faltaba ser más islámicos todavía,
pues estos poderes occidentales se tomaron la molestia de reorganizarlos para
que dominaran los islamistas. Ya provistos de armas y entrenamiento de
patrocinio estadounidense, el reorganizado ELS desertó en masa a favor de ISIS. De su parte, la canciller
alemana Ángela Merkel decidió importar a Europa una multitud gigante de
‘refugiados’ sirios (la mayoría de ellos hombres en edad de combate),
declarando inclusive que no le pondría techo a esto.[1] No
hacían falta genios para señalar que entraría a Europa una manada de
terroristas de ISIS haciéndose pasar por refugiados—pero Merkel insistió—. Semejantes inversiones
justifican la hipótesis de que los poderes occidentales querían ISIS. La hipótesis alternativa dice
que no: simplemente ‘la regaron’; sí, todo salió mal, pero la situación era
imposible y no había mucha alternativa (además, no son muy listos). Ésta es
la hipótesis dominante, explayada en casi cualquier publicación mediática o
académica. Pero nunca aparece como hipótesis,
sino como verdad obvia, y como tal no amerita defensa. Pero si hemos de hacer ciencia
geopolítica no podemos pronunciar ganadora a ninguna hipótesis si no ha
sobrevivido algún reto interesante. Aquí el reto más obvio comienza con la
pregunta: ¿Acaso no había alternativa a las políticas occidentales que dieron
luz a ISIS? Sí que la había. Primero,
luego de que reportes de prensa mencionaran las quejas de ex penados
iraquíes, sobre cómo la política de mezclar a todo mundo convertía a las
prisiones militares estadounidenses en centros de reclutamiento para los
terroristas yihadistas, el General Stone anunció que ahora separaría a los
yihadistas de los demás. O sea que esta
política era una alternativa disponible. Pero Stone comenzó a hacer esto
unos cuantos meses antes de desmantelar el sistema de prisiones. ¿Por qué no
antes? Segundo,
cuando el sistema de prisiones fue desmontado, y los criminales soltados, los
sheiks locales y el gobierno iraquí protestaron amargamente. Solicitaron la
inteligencia relevante sobre los peores criminales para poder arrestarlos y
encarcelarlos. O sea que esta política
era una alternativa disponible. Pero EEUU insistió en soltarlos. Tercero, dado que Ángela Merkel
y otros líderes de la Unión Europea estaban dispuestos a asumir el costo de
absorber esa multitud vasta de refugiados sirios, podrían haber pagado por
reasentarlos más cerca de su país, condicionando el apoyo a otros países de
Oriente Medio en su lucha contra ISIS a que los recibieran. O sea que había una alternativa concebible.
¿Por qué no se intentó siquiera? Finalmente, ¿acaso EEUU, Gran
Bretaña, y Francia realmente estaban forzados a elegir entre opciones malas
en la guerra civil siria? ¿Qué no había alternativa a apoyar terroristas
yihadistas contra dictadores fascistas y otros terroristas yihadistas? ¿No
había en esa guerra una fuerza democrática por la cual abogar y a la cual
apoyar? Sí que la había. Los
poderes occidentales pudieron haber apoyado la Revolución Rojava en el norte
de siria. Pero no lo hicieron. ¿Quiénes son los rojavanos?
La Revolución Rojava, liderada
por kurdos sirios (la mayoría de ellos musulmanes) pero incluyendo también
asirios, árabes, armenios, cristianos, y otros, es un movimiento en el norte
de siria que, empezando por el
principio—inédito en el mundo musulmán—de la igualdad de género, busca
construir una sociedad liberal y democrática basada en la participación, el
poder limitado, y la abolición de la intolerancia religiosa y étnica.[2] En su centro está la idea del “confederalismo democrático,” que su ideólogo
libertario, Abdullah Öcalan, explica “está abierto a otros
grupos políticos y facciones. Es flexible, multicultural, antimonopolístico,
y orientado al consenso.” Por ende, la Constitución de Rojava estipula
cantones autónomos, y llama a “una sociedad libre del autoritarismo,
militarismo, centralismo, y de la intervención de la autoridad religiosa en
los asuntos públicos.” Alineado con la igualdad estricta de generó, está el
requerimiento de que “La Asamblea Legislativa debe componerse de por lo menos
cuarenta por ciento (40%) de cada sexo.”[4] Las fuerzas del movimiento
Rojava son el Yekîneyên
Parastina Gel (YPG),
que significa en kurdo Unidades de Protección (o Defensa) Popular, y el Yekîneyên Parastina Jin (YPJ), o
Unidades Femeninas de Protección. La última es una fuerza enteramente
femenina que trabaja junto con el YPG. Los oficiales del YPG y YPJ son elegidos por los soldados.[5] Las soldadas, en particular, se han vuelto
importantes no solo como símbolo de igualdad de género sino como un activo
importante en el campo de batalla, pues los soldados de ISIS parecen tener
miedo de que una mujer—para ellos un ‘subhumano’—los mate, pues eso implica
irse al infierno y no al paraíso. Los rojavanos resisten a ISIS
pero pueden más que eso—de hecho, han forzado a ISIS a retirarse, ganándole
terreno a los islamistas, y parecen ser mejores en esto que cualquier otro
grupo en Siria—. Los rojavanos han conseguido
todo esto a pesar de condiciones muy difíciles. Tienen menos armas que ISIS y
los otros grupos islamistas varios, están atrapados sin salida al mar, y
Turquía les ha impuesto un bloqueo.
¿Por qué entonces no apoyaron
los poderes occidentales, desde el principio, a los rojavanos? Una respuesta
posible sería la siguiente. Desde que el Estado turco
decidió abolir la identidad, lenguaje, y cultura kurdas (se volvió inclusive
un crimen decir ‘soy kurdo’),[5a] los kurdos en
Turquía han trabado un conflicto intermitentemente violento con el Estado
turco. El gobierno turco se preocupa de que la nueva autonomía de los kurdos
rojavanos inspire a los kurdos en Turquía, que suman quizá el 30% de la
población del Estado. Esto amenazaría la integridad del Estado turco. También
se preocupan de los kurdos autónomos en Irak, que igualmente tienen frontera
con Turquía. Por esta razón, la política turca ha sido la de impedir la
formación de proto Estados autónomos kurdos, tanto en Irak como en Siria.
Luego, dado que las élites de poder occidentales—de la OTÁN—están aliadas con
Turquía, que es Estado miembro de la OTÁN, les resulta incómodo apoyar a
Rojava.
Muy bien. Pero ‘no apoyar a
Rojava’ no es lo mismo que ‘sí apoyar a ISIS.’ Los poderes de la OTÁN, y ahí
va incluida Turquía, han apoyado a ISIS. ¿Tiene eso sentido? Pues tiene
sentido para Recep Tayyip Erdogan,
el presidente, anterior primer ministro, y líder en Turquía del Partido de la
Justicia y el Desarrollo (AKP). Porque Erdogan parece ser islamista. “El AKP fue establecido en las
cenizas del Partido del Bienestar, un
vehículo decididamente islámico que
el Sr. Erdogan sirvió como alcalde de Estambul. El revestido AKP se
representó como el equivalente musulmán de los partidos centro-derecha
democristianos europeos” (énfasis mío).[6] Nadie parece creerle al AKP que
realmente sea un partido moderno, secular, y democrático, si bien
conservador. Es ampliamente visto como un Caballo de Troya islamista, y no
cabe duda que, bajo su mandato, más y más leyes consistentes con la sharía o
ley islámica han sido establecidas en Turquía. Lo cual, en 2008, hizo que la
corte más alta estuviera a punto de anular al partido (el AKP solucionó este
problema en 2010 eliminando la independencia de la rama jurídica).[6] Como
ha demostrado HIR, es indiscutible que la Hermandad
Musulmana sea una organización yihadista, por lo cual importa que el AKP sea
un partidario fuerte de la Hermandad Musulmana, y nos justifica afirmar que
el compromiso del AKP con la política secular y democrática es un timo de
pies a cabeza.[7] Y la relación entre el AKP
turco y la Hermandad Musulmana es de gran relevancia para el conflicto sirio.
Pues si bien los medios occidentales quisieron representar este conflicto, a
su inicio, como una ‘Primavera Árabe’ democrática,
ello resulta, como en otros casos de ‘Primavera Árabe,’ harto dudoso, pues la
Hermandad musulmana ha sido el adalid de estas ‘primaveras,’ como quedó
penosamente claro, por ejemplo, en
el caso de Egipto. En Siria es parecido. En el
lejano 1982 la Hermandad ya organizaba levantamientos enormes en Siria,
buscando tomar el poder. En 2005, el New
York Times escribió que “la Hermandad Musulmana, fundamentalista, [es] la
organización más popular en la mayoría sunita en Siria.” Más tarde el mismo
año el Times escribió—ahora con
disimulo—que “una colección inusualmente diversa de políticos y activistas”
estaban llamando a la ‘democracia’ en Siria, y que entre ellos estaba “la Hermandad Musulmana Siria, basada en
Londres y vedada en Siria por más de dos décadas, pero gozando sin embargo,
se cree, una persistente aceptación popular.”[7b] Pero si la
Hermandad Musulmana era ya la organización más popular en la categoría
demográfica más grande de Siria, entonces no era una organización más, de
entre muchas—era el líder del
supuesto clamor por ‘democracia’—. Como en el caso egipcio, la ‘Primavera
Árabe’ en Siria no fue lo que afirmaron los medios occidentales. Dado que Turqía se muestra muy
amiga de la Hermandad Musulmana, importa que la Hermandad sea amiga de ISIS.[7c]
Importa, también, que la
élite de poder EEUU parezca también muy amiga de la Hermandad Musulmana.
Y mire Usted: las armas de la CIA para la ‘oposición siria’ fueron “enviadas sobre
todo a través de la frontera turca por medio de una red penumbrosa de
intermediarios que incluye a la Hermandad Musulmana siria,”[8] para ser recibidas por el Ejército Libre Sirio, el
cual, luego de ser reorganizado por Obama, terminó con una “composición… dos
tercios de la Hermandad Musulmana y sus aliados.”[9]
Éstas son las armas que terminaron en manos de ISIS cuando el Ejército Libre
Sirio se unió en masa a ISIS. Pero Erdogan no se limita a servir
de canal para la ayuda estadounidense a ISIS. Su gobierno del AKP ha sido un
patrocinador directo importante de estos islamistas radicales. Como detalla una investigación
del Washington Post, los guerreros
de ISIS usaron “la región fronteriza de un miembro de la OTÁN—Turquía—como
ruta de suministro vital y punto de entrada para lidiar su guerra.” También
fueron atendidos en hospitales turcos.[10]
Pero eso no es todo. De acuerdo a un equipo de investigadores de Estados
Unidos, Europa, y Turquía, liderado por David L. Phillips (anterior consejero
del Departamento de Estado), el gobierno turco también ha provisto a ISIS de
cooperación militar, armas, apoyo logístico, y dinero. Si fuera poco, “El 20
de septiembre de 2014, Demir Celik, miembro del parlamento turco por el
Partido Popular Democrático (HDP), dijo que las fuerzas especiales turcas se
habían unido a ISIS en el campo de batalla.”[11] El Washington Post insiste que Erdogan “estaba ansioso por ayudar a
todos y cada uno de los enemigos del presidente sirio Bashar al-Asad.” Pero
Erdogan no ayudó ansiosamente a los rojavanos—los únicos demócratas seculares
en la región—. Al contrario. De hecho, Turquía amenazó a los
rojavanos con represalias si cruzaban al oeste del Eufrates (cosa que ya
hicieron). ¿Por qué? Porque esto podría llevar a la unión de los rojavanos
con el (también rojavano) Cantón de Afrín, en cuyo caso sellarían la frontera
e ISIS quedaría incomunicado de Turquía
(ver mapa).[12] Si fuera poco, Turquía ha
bombardeado a los rojavanos.[13] Tiene sentido, porque los
rojavanos representan el movimiento más democrático entre los musulmanes—en
el mundo entero, quizá—, y Erdogan y el AKP, padrinos de ISIS, son yihadistas
ligeramente disfrazados. Pero la gramática política se torna azarosa, porque
Turquía ahora supuestamente ¡asiste el combate a ISIS! Y la gramática política es
azarosa sobre todo para la élite de poder estadounidense. ¿Por qué han estado
apoyando a ISIS? ¿También son yihadistas disfrazados?
Si los dirigentes
estadounidenses ayudan un poco, en nuestra hipótesis, es porque se ven gramáticamente obligados. A medida que
los occidentales conocemos a los rojavanos, nos enamoramos, y los convertimos
en causa célebre, forzando a las élites de poder
occidentales—gramáticamente—a pronunciarse a favor. Pero hay que fijarse
bien: esas mismas élites continúan asistiendo—y con mayor vigor—a los
enemigos islamistas de los rojavanos. Veamos lo que reporta The Spectator: “...la coalición liderada por
EEUU está bombardeando para asistir a la milicia kurda [rojavana] llamada
YPG, la fuerza más efectiva sobre el terreno contra Isis... Están avanzando
no solo contra Isis sino contra una variedad de grupos rebeldes, incluyendo
algunos armados por los estadounidenses. En Siria, EEUU está peleando una
guerra indirecta contra sí mismo.”[16] Parece ser, entonces, que a
pesar de las tibias manifestaciones pro Rojava recién en boca de los
estadounidenses, el emplazamiento geopolítico es anti Rojava. Los rojavanos
serán sacrificados, como fue sacrificada la España republicana en el preludio
a la Segunda Guerra Mundial. Cuando eso suceda, la narrativa gramáticamente
obligada será que no podían tener éxito, que los terroristas los derrotaron,
etc. Quien mire más de cerca, predigo yo, encontrará una política combinada
turco-occidental para destruir al naciente—y asombroso—proto Estado rojavano. Si queremos un resultado
distinto, hemos de alzar nuestras voces a favor de estos demócratas
musulmanes. Aquí como en España, mucho está en juego. Lo explicaremos en un
artículo posterior.
Recommended readings ¿DE DÓNDE VIENE ISIS? HERE COMES THE MUSLIM BROTHERHOOD Footnotes and Further reading
[2] This
is enunciated in the preamble of the Rojavan ‘Charter of the Social Contract’
(Constitution) which states: “We, the people of the Democratic Autonomous Regions of Afrin,
Jazira and Kobane, a confederation of Kurds, Arabs, Assyrians, Chaldeans,
Arameans, Turkmen, Armenians and Chechens, freely and solemnly declare and
establish this Charter, which has been drafted according to the principles of
Democratic Autonomy. In pursuit of freedom, justice, dignity and democracy and led
by principles of equality and environmental sustainability, the Charter
proclaims a new social contract, based upon mutual and peaceful coexistence
and understanding between all strands of society. It protects fundamental
human rights and liberties and reaffirms the peoples’ right to
self-determination. Under the Charter, we, the people of the Autonomous Regions,
unite in the spirit of reconciliation, pluralism and democratic participation
so that all may express themselves freely in public life. In building a
society free from authoritarianism, militarism, centralism and the
intervention of religious authority in public affairs, the Charter recognizes
Syria’s territorial integrity and aspires to maintain domestic and
international peace. In establishing this Charter, we declare a political system
and civil administration founded upon a social contract that reconciles the
rich mosaic of Syria through a transitional phase from dictatorship, civil
war and destruction, to a new democratic society where civic life and social
justice are preserved.” SOURCE: http://peaceinkurdistancampaign.com/charter-of-the-social-contract/ [3] Öcalan, Abdullah. 2011. Democratic Confederalism. Transmedia Publishing Ltd. (p. 21). [4] As enunciated in Article 47 of the
Rojavan ‘Charter of the Social Contract’ (Constitution), which states: “There
shall be one member of the Supreme Legislature Council per fifteen thousand
(15,000) registered voters residing within the Autonomous Region. The
Legislative Assembly must be composed of at least forty per cent (40%) of
either sex according to the electoral laws. The representation of the Syriac
community, as well as youth representation in the election lists, is governed
by electoral laws.” [5] “A member of the group seated next to
the leader intervened and said they are ‘a democratic popular militia’
because they elect their own officers in their units coming from the
different neighbourhoods.” SOURCE:
“A Rare Glimpse into Kurdish Armed Forces in Syrian Kurdistan”; Ekurd Daily; 6 August 2012; By Rozh
Ahmad [5a] “Veli Bayrak, a prominent Kurdish writer
and journalist, told Al-Monitor, ‘I grew up in a suburb of Ankara where there
is a sizable Kurdish population, so I did not feel strongly discriminated
against in my neighborhood. However, for the same reason our community was
the target of harsher police tactics. While growing up in the 1980s and
1990s, I witnessed people being arrested because they owned Kurdish music
recordings or papers in Kurdish.” SOURCE: “Kurdish identity becomes more
acceptable in Turkish society”; Al Monitor; 22 September 2014; by Pinar
Tremblay “Seraffettin Elçi, and ethnic Kurd and
former public works minister, summed up the situation by stating that, When I was a minister and stated in
public I was a Kurd, the whole society was shaken. It was treated as a
manifesto. The whole state was in turmoil, and I was punished under article
142. Now, when someone says he is a Kurd there is no reaction. Things have
changed, but this doesn’t mean that ‘Kurdishness’ has a legal status.” SOURCE: Human Rights Watch. 1999. Violations of Free Expression in Turkey.
New York: Human Rights Watch. (p.95) [6]
“Turkish court considers ban on ruling party hours after blasts”; The Daily Telegraph (London); 29 July
2008; NEWS; International; Pg. 13; by Damien McElroy “The
‘Hidden’ That Never Was: After a decade of undisputed power, AKP can no
longer be accused of pursuing a hidden agenda. The agenda was never hidden;
it was actually obvious”; Reflections
Turkey; May 2012; by Nebil Ilseven [7] “Support for Muslim Brotherhood
isolates Turkey”; Deutsche Welle;
21 August 2013; by Ayhan Simsek [7a] Syrians unite under fire from Assad clan’s
‘ghost’ militia; The Sunday Times (London), April 3, 2011 Sunday, NEWS; Pg.
24, 593 words, Hugh Macleod ; Uzi Mahnaimi
Memory of 1982 massacre casts a pall over Hama, Syria, as town
rebuilds; Christian Science Monitor (Boston, MA), March 27, 1984, Tuesday,
International; Pg. 7, 698 words, By Conyers A. Moye, Special to The Christian
Science Monitor [7b] U.N. IS EXPECTED TO PASS MEASURE PRESSURING
SYRIA; The New York Times, October 31, 2005 Monday, Section A; Column 6;
Foreign Desk; Pg. 1, 1264 words, By WARREN HOGE and STEVEN R. WEISMAN; Warren
Hoge reported from the United Nations for this article, and Steven R. Weisman
from Washington. Michael Slackman contributed reporting from Damascus. “The New York Times”; October 20, 2005 Thursday; Late Edition
– Final; “Syria's Opposition Unites Behind a Call for Democratic Changes”;
BYLINE: By KATHERINE ZOEPF; SECTION: Section A; Column 1; Foreign Desk; Pg.
15; LENGTH: 574 words; DATELINE: DAMASCUS, Syria, Oct. 19 [7c] “The
link between Muslim Brotherhood and ISIS”; posted by Eman Nabih; last updated
31 January 2016 [8] “C.I.A. Said to Aid in Steering Arms to Syrian Opposition”; New York Times; 21 June 2012; Page A1;
by Eric Schmitt [9] “Syrian rebels elect head of new
military command”; 8 December 2012; Reuters [10]
“In Turkey, a late crackdown on
Islamist fighters”; The Washington Post;
12 August 2014; by Anthony Faiola and Souad Mekhennet [11]
“Research Paper: ISIS-Turkey
Links”; Columbia University [12]
“Syrian Democratic Forces Cross
over the Euphrates and Turkey’s ‘Red Line’ ”; Kurdish Question, ANF-Kobane; 26 December 2015 [13] “Turkey
shells Kurdish-held air base in Syria’s Aleppo; Bombardment comes after
Turkish PM Ahmet Davutoglu says Ankara may take military action against Syrian
Kurdish fighters”; Al Jazeera; 15
February 2016; by Diana al Rifai [14] “Syria
airstrikes: everything you need to know”; The
Guardian; 1 December 2015; by Matthew Weaver and Julian Borger [15] “UN
snubs most powerful Kurdish group at Geneva talks”; Al Jazeera; 30 January
2016; by Basma Atassi [16] “The
myth of the plucky Kurdish warrior: Our favourite allies in Iraq and Syria
have problems and divisions of their own”; The Spectator; 27 February 2016; by Paul Wood |
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